“El peor error fue exigir más salario al Madrid en 2014″

El italiano repasa su carrera en una entrevista con ‘France Football’ con motivo del premio Johan Cruyff que le reconoce como mejor entrenador de la temporada pasada.

Carlo Ancelotti, galardonado con el premio Johan Cruyff al mejor entrenador de la pasada temporada, repasa su carrera en una entrevista con France Football que la revista francesa publica este sábado en su especial del Balón de Oro.

Su título más especial: “Lo primero que pienso es en mi primera Champions, que gané con el Milan en 2003. Pienso entonces en la Décima en 2014 y en la 14 en 2022. Todo el mundo pensaba entonces que mi carrera estaba en declive tras mis etapas en el Everton y el Nápoles, pero ganamos y fue magnífico, muy especial”.

Su mejor equipo: “No es fácil… Los mejores clubes, puedo responder: el Milan y el Madrid. El mejor equipo, difícil de decir. He tenido el honor de dirigir jugadores y equipos fantásticos. Ni siquiera puedo enumerar los mejores jugadores que he entrenado. Mi mejor once no existe, es imposible hacerlo. Sería casi una falta de respeto hacerlo. Sólo para los porteros tuve a Courtois, Casillas, Neuer, Cech, Buffon, Peruzzi, Van der Sar, Sirigu… Qué jugadores tan increíbles. ¿Cómo quieres elegir?”.

Qué cambiaría de su carrera: “Es imposible tomar sólo buenas decisiones en treinta años. Por ejemplo, yo pasé uno malo aquí en Madrid, después de mi primer año [se refiere a la temporada 2014-2015]. Estuve muy cerca de ampliar mi contrato, el club quería retenerme, pero presioné demasiado en relación a mi salario y pararon [fue despedido al final de la campaña]. Fue un error, el peor que pude haber cometido. Pero me permitió aprender”.

¿Se ve como el mejor entrenador de los últimos 30 años?: “No, no lo creo. Gané mucho, pero otros entrenadores incluso más que yo. Ferguson, Guardiola o Lobanovski. Y, aunque pensara que soy el mejor entrenador de los últimos treinta años, ¿qué pasaría? ¿Me harían una estatua? No, no”.

Forma de ser: “El entrenador no hace al jugador. El talento es genético. No puedo fabricar el talento de Vinicius, por ejemplo. Puedo proteger su talento, darle información para que muestre sus cualidades, ayudarlo, para que sea profesional, serio, humilde. Mi trabajo es gestionar el talento. Cuando hablo con un jugador es el profesional el que habla. Pero si me dirijo a la persona, entonces es el hombre con su carácter el que habla. No soy obsesivo. No soy sargento. Estoy bastante tranquilo. Pero tengo reglas. La primera es el respeto. Quiero que me respeten mientras trato de respetarlos. Intento construir una buena relación con la persona. No hablo sólo de fútbol con el jugador. Y creo que es por eso que me encanta estar aquí día tras día. Hablamos de todo y de nada, familia, amigos, comida, política… Entonces, quizás sea eso… Considero al hombre antes que al jugador. Desde el punto de vista profesional puedo presionarlos, exigirles que den el 100% de sí mismos, porque tengo mucho poder. Tengo mucho poder. Pero te digo, con una relación personalizada puedes conseguir un poco más”.

¿Le molesta que le llamen ‘gestor de vestuarios’?: “No, no me molesta. Veo la idea de decir que soy muy bueno generando un ambiente adecuado. Pero después de eso, ahí está el césped, que es el juez, el que dice si eres bueno o no. Mi opinión personal sobre esto es que soy un muy buen táctico. Realmente bueno. Creo que no el mejor, pero sí un muy buen táctico. Por ejemplo, Guardiola trajo un nuevo estilo. Klopp y los técnicos alemanes también aportaron lo suyo. Yo no. No he puesto nada que pueda recordarse. Entonces no hay un estilo Ancelotti porque no quiero un estilo específico”.

Relación con sus jugadores: “Soy amigo de mis jugadores. ¡Y quiero serlo! Pueden hablar conmigo de cualquier cosa. Les digo: ‘Quiero construir una buena relación contigo. Recuerda, no estoy por encima de ti. Pero tampoco estoy por debajo de ti’. La relación debe encajar dentro de este marco. A veces los jugadores cometen esta confusión, entre el momento en que no soy su entrenador y el momento en que los entreno. Pongo a uno en el banquillo y puede decirse: ‘Carlo me relegó a suplente’. No, Carlo no puso a Eduardo en el banquillo. El técnico Ancelotti envió al banquillo al jugador Camavinga. A veces esto requiere explicación. Se requiere paciencia. Los jugadores pueden olvidar que tenemos una buena relación como personas, y que es el entrenador quien manda al jugador al banquillo. Y ahí mi decisión profesional incide en nuestra relación personal. Y eso no es bueno. Intento explicarlo: ‘Puedo poner a un jugador en tu lugar en el campo y mandarte al banquillo, pero prefiero compartir una comida contigo que con el que puse titular’. No siempre es fácil de entender. Pero estoy seguro de que tener buenas relaciones con los jugadores te ayuda a ganar”.

Emociones: “Lloro a menudo. Eso es algo bueno. Puedo llorar con un jugador. Y no tengo ningún problema con eso. El último momento muy difícil emocionalmente para mí fue la marcha de Toni Kroos. Y antes que él, el de Casemiro… Fue duro. Intenté convencerlo para que se quedara, pero estaba motivado para probar una nueva experiencia”.

¿Se siente cómodo con los jóvenes?: “No demasiado. Es un estilo diferente, una forma diferente de ver la vida. Para ellos es mucho más difícil. Tienen mucha más responsabilidad, juegan mucho más. La presión que tienen no es comparable a la de antes. Yo no tenía ninguna presión cuando comencé. No me obligaron a jugar para mi familia. Mi madre ni siquiera quería que jugara. Tenía miedo de que pudiera lastimarme. Para las nuevas generaciones, la presión es muy fuerte. Y hay otra enfermedad, la adicción a sus teléfonos. Tengo que luchar contra esto. Un día, en broma, les dije: ‘Estoy cansado de ver vuestros móviles en el vestuario. A partir de ahora ya no habrá más. Cuando venís a entrenar, lo dejáis’. Los jugadores me dijeron: ‘¿Estás bromeando?’ ‘No, lo digo muy en serio. A partir de mañana será así’. Y me fui. Después del entrenamiento, el capitán vino a mi oficina: ‘No puedes hacer esto. ¡Esto es una locura, esto no puede suceder!’. Imaginad…”

¿Qué jugadores le han impactado más?: “Paolo Maldini. Fue un jugador especial para mí. Había sido mi compañero de equipo, se convirtió en mi capitán. Y me ayudó mucho en Milán. Realmente teníamos una relación fuerte, fantástica. Ibrahimovic, por supuesto, con su carácter fuerte, su gran personalidad. Generalmente, los jugadores más importantes son los más fáciles de tratar. Puede que tengan un gran ego, pero esa puede ser su motivación. No es un problema tener un gran ego si lo demuestras en el campo y te comportas bien. Los compañeros de equipo lo seguirán y ayudarán. El equipo de la temporada pasada fue el más fácil de entrenar porque los egos estaban bajos en el vestuario. Los veteranos Modric, Kroos, Carvajal, Nacho, no tienen ego. Sirvieron de ejemplo a todos los que los vieron. Desde el punto de vista relacional, fue genial. Ningún jugador se quejó por no jugar. Fue un sueño”.

¿Tiene ego Mbappé?: “No. En absoluto. Llegó aquí e inmediatamente se integró bien en el equipo, con sus compañeros, estableciendo buenas relaciones con ellos. Llegó con perfecto espíritu”.

¿Qué le falta por hacer?: “Antes de parar, me gustaría ganar una nueva Champions. Y luego otra. (Se ríe.) Todo entrenador quiere llegar a la cima. Pero entrenar al Madrid es realmente… Este club es especial, es el mejor del mundo, por su historia, su ambiente, su afición. Y entonces, el objetivo era algún día estar en ese lugar. Y luego está el Milan, el mejor club para estudiar fútbol. Tuve la oportunidad de entrenarlos a ambos”.

¿Se imagina su retirada?: “Me la imagino, sí. Empecé en el fútbol hace 48 años. Entonces, empiezo a pensar en el día en que esto podría terminar. ¿Qué podría hacerme decir parar? Diría que pararía si el Madrid me despidiera. (ríe). No sé qué me haría parar. ¿Mi familia? No. Mi esposa quiere que continúe. (ríe de nuevo.) Lo que estoy seguro es que el día que me jubile será un día fantástico. Tengo muchas cosas que hacer y ver. Me gustaría ir a Argentina, Maldivas, Australia, por ejemplo, quiero viajar. Tengo cinco hijos, mi hijo (Davide, su asistente) aquí. Quizás podría entrenar a un equipo. Lo seguiré y lo presionaré: ‘¿Qué estás haciendo?’ (risas) El día que deje de hacerlo no será triste”.

¿Celebrará este premio con gafas de sol y un puro?: “No, mejor voy a beber un buen vino francés. Será mi forma de agradecer a France Football y al Balón de Oro. La verdad es que no fumo puros, es sólo para la foto. Y, sin embargo, tengo muchos puros en casa (risas)”.

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