Botafogo superó el impacto inicial, ante Atletico Mineiro, y conquistó por primera vez la gloria eterna

Botafogo derrotó a Atletico Mineiro 3-1, en la final de la Copa Libertadores disputada en el estadio Monumental de River Plate. De esta manera, el equipo de Rio de Janeiro festejó su primer título en esta competencia, y se llevó los 23 millones de dólares, de premio por ser campeón, y el pasaje al Mundial de Clubes.

En esta final disputada en Buenos Aires, que ratificó la supremacía de los clubes brasileños, hubo presencia argentina: Alexander Barboza (ex River, Defensa y Justicia e Independiente) y el campeón mundial Thiago Almada (ex Vélez) en Botafogo, y Gabriel Milito (DT) y Rodrigo Battaglia (ex Huracán) y Fausto Vera (ex Argentinos Jrs.) en el club de Belo Horizonte. Además, del árbitro Facundo Tello.

El flamante campeón remontó una situación adversa apenas nació el partido. Gregore le cometió una falta descalificadora, aunque sin intención, a Fausto Vera, pegándole una patada en la cabeza, en la mitad de cancha, a los 30 segundos. Y recibió, de manera totalmente justificada, la tarjeta roja.

Esa temprana expulsión derivó en lo esperado: Botafogo juntando gente en su zona defensivo y Atlético Mineiro adueñándose de la pelota y parándose bien adelante. Sin embargo, salvo un par de remates de Hulk, atajados con mérito por John, no generó situaciones serias.

En el tramo final de ese desparejo, en cantidad de jugadores, primer tiempo se animó más Botafogo. Barboza ya era sólido y expeditivo en la defensa y Thiago Almada asumió el rol de conductor. Justamente de una acción iniciada por el volante campeón del mundo en Qatar 2022, desembocó el remate goleador de Luiz Henrique, tras un rebote, a los 35 minutos.

Volvió a ser protagonista fundamentel Luiz Henrique, muy poco después, al ser derribado dentro del área por el arquero Everson. Tello, respaldado en el VAR, sancionó el penal y Alex Telles, con un zurdazo bajo y cruzado, puso el 2 a 0.

En el amanecer del segundo tiempo, Atletico Mineiro -que arrancó con tres cambios ofensivos- se metió en partido dándole incertidumbre al resultado, con el gol de Eduardo Vargas, a los 2 minutos. Hulk pateó el tiro de esquina y el delantero chileno conectó un soberbio cabezazo para acortar las cifras.

Con un Hulk peligroso, como estandarte, el equipo de Gabriel Milito insistió en su ilusión. Atacó, aplicando distintas variantes. Salió cerca otro disparo de Hulk, también una palomita de Deyverson -el futbolista que enloqueció a la defensa de River Plate en las semifinales y que hoy no tuvo tanta incidencia-, John voló espectacularmente para tapar un nuevo remate de Hulk, quedó la duda por un supuesto penal (¿falta de Marlon Freitas a Deyverson?) y en los minutos finales, Eduardo Vargas desaprovechó dos grandes chances rematando alto entrando sólo al área.

El mérito del conjunto dirigido por el portugués Artur Jorge, fue su orden y su resilencia para aguantar la presión con un jugador menos durante todo el partido. Y en el séptimo minuto de descuento, una gran maniobra personal de Junior Santos, desbordando por la derecha, ingresando al área, tirando un centro y recibiendo el rebote en Alan Franco, con un zurdazo selló la victoria del Fogao.

En su regreso a la Libertadores, tras siete años de ausencia, Botafogo eliminó, en la fase previa, a Aurora, tras igualar 1-1 en Bolivia y golear 6-0 de local, y en la siguiente a Bragantino (2-1 y 1-1). En fase de Grupos, no empezó nada bien: perdió con Junior, en Rio de Janeiro 3-1, y con Liga Deportiva Universitaria 1-0 en Quito. Se rehabilitó superando a Universitario de Deportes, 3-1 en Brasil y 1-0 en Perú, Liga Deportiva Universitaria 1-0 e igualando con Junior 0-0 en Colombia.

En octavos de final, se quitó de encima a Palmeiras (2-1 y 2-2) y en cuartos a Sao Paulo. luego de dos empates (0-0 y 1-1) en la serie de penales 5-4 en el estadio Morumbí. En las semifinales sentenció la llave en la ida con un rotundo 5-0 a Peñarol, más allá de la caída, 3-1, en la vuelta en Montevideo.

Así arribó a esta final en suelo argentino que culminó con su primera vuelta olímpica en el máximo certamen continental. Y por sexto año consecutivo, la alegría es sólo brasileña.

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