River Plate y Vélez Sarsfield igualaron 1-1, en el estadio Monumental, por la decimoctava fecha del Torneo 2024 de la Liga Profesional. Y el empate reflejó los méritos del firme puntero del certamen, reforzando su rótulo de candidato, y del Millonario, que no reservó jugadores para la semifinal de la Copa Libertadores del martes ante Atletico Mineiro en Brasil.
De un lado, se plantó el plantel más rico, en calidad y cantidad, del fútbol argentino. Y enfrente, el equipo que mejor viene jugando, respaldado en rendimiento y resultados, en este semestre. Seguramente el duelo más interesante en esta actualidad.
No decepcionaron. Mantuvieron sus estilos, su decisión por darle fluidez y agresividad a sus esquemas y por mostrar personalidad y decisión para jugar. Más allá de sus subidas y bajadas durante determinados lapsos del partido, respondieron a las expectativas.
Empezó River buscando asumir el protagonismo y Vélez con carácter para pararse de igual a igual. En ese primer tiempo, las acciones más claras las tuvo El Fortín. Una gambeta de afuera hacia adentro, dejando rivales en el camino, de Thiago Fernández culminó con el remate que salió cerca.
A los 25 minutos, llegó la apertura del resultado, con uno de esos pases que llevan el clásico sello de Claudio Aquino, desde la derecha, al medio del área para que Braian Romero con un pechazo la mande adentro del arco de Franco Armani. El goleador del torneo no lo gritó e hizo un gesto de perdón a los hinchas locales, por su pasado en River.
En los cambios sí hubo diferencia, y a favor de River Plate. Todos los futbolistas que fue haciendo ingresar Marcelo Gallardo en distintos momentos del segundo tiempo mostraron un alto rendimiento: Pablo Solari, Facundo Colidio, Marcos Acuña (recientemente recuperado de su lesión), Rodrigo Villagra y Franco Mastantuono.
Mientras que Vélez perdió capacidad ofensiva con las salidas de Elías Gómez, primero, quien durante el primer tiempo fue factor importante con sus proyecciones y colaboraciones en ataque. Esa punta, reforzada con el ingreso de Aarón Quiroz, más apto para la marca, fue un territorio que usufructó Solari para generar mucho peligro.
Y faltando diez minutos, Gustavo Quinteros reemplazó a Claudio Aquino, una de las figuras del partido por su gestión para generar riesgo en el área de River, para darle lugar a un volante de marca, Jalil Elías. Ese lapso final mostró una abrumadora superioridad del Millonario, que metió a Vélez contra su área y le creo muchas situaciones netas como para ganarle, entre ellas un cabezazo de Pablo Solari que terminó dentro del arco pero fue anulado por offside (VAR mediante); una atajada sensacional de Tomás Marchiori ante un frentazo de Mastantuono tras un centro perfecto de Acuña; y un remate de Colidio, sólo al lado del palo que salió desviado.
Bastante antes de ese cierre oprimente, River había alcanzado la igualdad. En el amanecer del segundo tiempo, Braian Romero pretendió rechazar de cabeza en su propia área pero la pelota le pegó en su brazo. El árbitro Yael Pérez Falcón no cobró el penal, pero el llamado desde el VAR le hizo revisar la acción y sancionar la falta. Lo pateó Miguel Borja y su derechazo al medio estableció el 1 a 1, a los 3 minutos.
Se mantuvo la intensidad, sobre todo porque Vélez derrochó personalidad y no se tambaleó por el golpe. Se mantuvo firme y de pie, y hasta estuvo muy cerca de un nuevo festejo, con una buena jugada colectiva que parecía tener resolución favorable en los pies de Thiago Fernández, pero llegó la intervención salvadora de Santiago Simón, otro de actuación destacada; y luego con un mano a mano que Franco Armani le tapó a Francisco Pizzini.
El punto le cayó bien a los dos y es justo por lo que ocurrido en los 90 minutos. A River le permite llegar motivado y sin nuevas bajas por lesiones al partido ante Atletico Mineiro, en Belo Horizonte. Vélez sumó un punto que suma y sirve, se mantiene en el tope, a la espera de lo que ocurra con sus escoltas Huracán (mañana enfrenta a Unión en Santa Fe) y Talleres (el domingo visita a Argentinos Juniors), ambos hoy a 6 puntos de distancia, aunque habrá que ver como repercuten internamente los insultos de Elías Gómez y Aquino, disgustados por sus cambios, a Gustavo Quinteros