Anunció el martes que deja de ser jugador en activo, pero de ninguna forma deja el fútbol. El legendario jugador recuerda en esta entrevista a compañeros desconocidos.
El día después de anunciar su retirada de los terrenos de juego, Andrés Iniesta recibe a AS en un hotel de Barcelona. Feliz y abrumado por el cariño recibido repasa las sensaciones de las últimas horas, algunos de los momentos de su carrera y sus planes de futuro.
¿Se ha despertado esta mañana y ha pensado, “ya soy un exjugador”?
Me he levantado como cada día. No ha sido de un día para otro. Ha sido un proceso mental de hacerse a la idea. Me he levantado feliz y alegre por ver lo que pasó el martes.
Hablando de levantarse, en el acto del martes cuando anunció su despedida comentaba con nuestro amigo común Luis Martín que usted ha estado jugando hasta los 40 años. Por experiencia propia, ¿no le duele todo cada mañana cuando se levanta?
Sí hombre, claro. Ya empiezan a doler las cosas al levantarme. Cada vez costaba más. A medida que cumples cuesta más recuperarse tras los partidos.
¿Cuántas veces antes de esta pensó en la retirada?
Ha sido esta la primera vez y la definitiva. Hasta ahora no lo había visualizado. Desde que fui a Japón era consciente de que era el último pasoy luego con lo de Emiratos. Ya tenía en la mente buscar otras cosas y empezar con el título de entrenador. Podía haber seguido jugando, pero lo que me llena es dejarlo y visualizar otras cosas.
¿Qué aprendió en Japón aparte de que el sushi está más rico y algunas palabras?
El sushi aquí también está bien, pero allí es otra cosa y en japonés sé decir frases, pero no podría mantener una conversación.Lo que más me llamó la atención es la competitividad y la organización.
Pero sin Tebas.
Bueno, allí hay otro presidente. Es un estilo muy cuadriculado. La afición tiene un respeto por el fútbol enorme.
Echando la vista atrás, ¿cómo se llamaba el bueno con el que compartió equipo en el fútbol base y que no llegó a la cima como usted?
Llegué junto a un chico de 12 años muy bueno de Extremadura que se llamaba Jorge Troiteiro. Ese era el bueno de esa quinta.
¿De qué jugaba?
De mediapunta, zurdo, técnicamente un fenómeno. Llegó a jugar en algún equipo profesional. Pero ha habido muchos. Parece que llegar solo es ganar el Mundial, hay muchos que se quedan por el camino. Para llegar a la élite se necesitan muchas cosas.
¿El coco es la más importante de todas?
El coco, el entorno, todo.
Usted tuvo la valentía de hablar de depresión, ¿le afectó llegar tan pequeño de Fuentealbilla a Barcelona?
Claro que afectó. Lo pasé mal y eso luego te pasa factura de una u otra forma. La primera noche llamé a casa llorando y si mi madre no llega a parar a mi padre que iba a coger el coche y volver a buscarme, yo no sé donde estaría.
¿Se ha roto el tabú de las enfermedades mentales en el deporte con su caso o el de Simone Biles?
Puede ser, pero la diferencia es que ahora hay más medios para tratarlas, detectar y ayudar. Yo salí por una ayuda que antes no había. Hay que dejarse ayudar.
Volvamos al fútbol ¿de qué jugaba usted de pequeño?
Jugábamos un 3-4-3 y yo jugaba en todas las posiciones del rombo. Interior y pivote.
Ahí iba. Es que más allá de los partidos que todo el mundo recuerda de usted (Mundial, Chelsea, final de Copa) a mí me emocionó verle en el campo del Milan jugando de pivote defensivo.
No lo hacía desde la cantera. Jugué ahí contra el Benfica también, pero ese día fue espectacular.
Hombre, eso si quiere ya lo pongo yo para que no suene tan mal, aunque estoy absolutamente de acuerdo.
Es que ese día tenía delante a Gattuso y Seedorf. Edmilson y Márquez eran los titulares en esa posición y no jugaron. Luego Edmilson, en cambio jugó la final de París de titular y yo no y pusieron a Van Bommel.
Pues menos mal que salió al descanso. Para habernos matao.
Eso ya lo dices tú.
Final de Roma, ¿cómo se hace para jugar un partido lesionado sabiendo que no puedes chutar?
Había el riesgo de que si chutaba, me rompía. Pero no había sido titular en París. Yo ahí jugaba como fuese, aunque fuera haciendo una locura. Con correr, esprintar y pasar, podía jugar. Pero acabé chutando al final del partido.
Con el pescado vendido.
Y si me rompía, ya no pasaba nada. Una locura que salió bien.
Dicen que Pedri es lo más parecido a usted, pero ¿qué le parece Aitana Bonmatí?
Sí, me recuerdo. La he visto mucho y es así. Yo seguía el ejemplo de Laudrup y Guardiola. Hay similitudes. El sistema del Barça ayuda.
¿El Barça femenino le recuerda algo?
Los veo mucho y a la selección también. Lo ganan todo y arrasando, tienen un equipazo.
¿Ha vuelto a jugar a fútbol?
Sólo con mis hijos.
¿Será de esos jugadores que no volverá a jugar ni con los Legends?
Un partido no son 40.
Vamos, que sí.
Sí, sí, jugaré con los Legends. De vez en cuando un partido, para pasar un rato.
En el del Barça, imagino
Claro.
Es que es para dejárselo claro a Roncero, que no lo supera, ¿eres del Madrid?
No, rotundamente. Se han dicho cosas que no son ciertas como si tenía firmados precontratos. Que lo superen.
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