El técnico alemán ha logrado que jugadores como Koundé, Iñigo Martñinez, Casadó, Pedri o Raphinha rindan a niveles insospechados.
En rueda de prensa no da un titular y es más aburrido de un caballo en un balcón, pero hay que reconocerle a Hansi Flick que ha logrado mejorar el nivel de una plantilla que el miércoles ante el Bayern de Múnich dio un golpe sobre la mesa y recuperó una autoestima más que necesaria a dos días de visitar el Santiago Bernabéu en el Clásico. El Barça es otro desde que llegó el alemán. Con casi los los mismo elementos, este Bará es otro. Hansi cambia, Hansi repara.
El sistema Flick, basado en el perfil bajo y sin dar titulares ni a tiros, ha calado en el vestuario, Según explican desde dentro del club hay un Flick de cara a la opinión públicada, otro de cara al aficionado y uno muy diferente respecto a sus jugadores.
En cuanto a los medios de comunicación, la manera de actuar del técnico alemán es muy conservadora. Quiere mantenerse lejos de cualquier polémica y elude todas las cuestiones peliagudas. No se moja en nada y mantiene un perfil muy bajo con la excusa de no dominar el idioma. De cara al aficionado es un hombre cercano. Siempre se para a la salida de la Ciutat Esportiva a hacerse fotos e incluso organiza a los aficionados para que no invadan la calzada. Nunca tiene un no para nadie.
Y dentro del vestuario es un líder duro y un técnico cómplice de unos jugadores a los que motiva y ha sacado su mejor versión.
Probablemente, el caso más destacado sea el de Raphinha. El brasileño, que se vio el pasado verano en cuestión ante el rumor infundado por la propia directiva de que el Barcelona iba a por Nico Williams, que junto a Lamine Yamal fue la gran estrella de España en la Eurocopa de Alemania, está reivindicándose de manera escandalosa en este inicio de temporada. No es que sus dos primeras campañas en el FC Barcelona fueran malas a nivel estadístico, pero a ciertos sectores del barcelonismo no les convencía. Aficionados que echaban de menos a Neymar o devotos del verso libre de Dembélé veían en el brasileño un jugador demasiado industrial.
Pero los números de Raphinha en el Barcelona, que el miércoles cumplió cien partidos como blaugrana marcando un hat-trick al Bayern son incontestables. Esta temporada suma con Flick 9 goles en 13 partidos y 7 asistencias. Unas cifras que le dejan a a un único gol de igualar sus mejores registros desde que llegó al Barça. En octubre.
Pero es que Raphinha no es el único caso de jugador del Barça que ha despuntado en el club desde la llegada del entrenador alemán.
Koundé, que ponía mala cara cuando jugaba de lateral ahora disfruta marcando extremos y subiendo la banda en su asociación con Lamine Yamal. En el centro de la defensa, Iñigo Martínez se ha convertido en un líder al que las lesiones ya no le merman.
En el centro del campo, Flick le dio confianza a Marc Bernal, que impresionó en sus primeros partidos hasta su lamentable lesión ante el Rayo Vallecano. Pero aún así, siguió apostando el alemán por Marc Casadó, que a base de partidos ha demostrado el carácter que exhibía en el filial que capitaneaba cua do Bernal estaba en el juvenil. Junto a Casadó, Pedri ha recuperado su mejor versión e incluso un jugador que no parecía ni contar para el Girona como Pablo Torre ha tenido su nivel de protagonismo. Lleva tres goles esta temporada jugando ratitos.
Puede que sea el efecto de tener jefe nuevo, puede que sea su manera de conducir el vestuario, pero lo cierto es que Flick, sin dar un titular en la sala de prensa tiene al equipo irreconocible. El alemán lo ha mejorado todo sin hacer ruido. Para reformas, llame a Flick.
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