El ‘otro’ Giménez, el deseado

El uruguayo, el mejor de los defensas que tiene Simeone, víctima de la irregularidad tantos años se ha convertido en el jugador de campo con más minutos esta 25-26.

Este domingo, ante el Leganés, cuando se reinicien las competiciones tras el parón de selecciones de octubre, Giménez puede perder esa medalla que en este momento brilla en su pecho. Es solo un reloj. Pero qué importante. La de los minutos jugados en la 24-25. El futbolista de campo que esta temporada en el Atlético más lleva es el uruguayo. Y eso es noticia. Nunca, en sus once años como rojiblanco logró algo así. La regularidad ansiada. Rutina.

Que es el mejor de los defensas del Cholo no tiene discusión. Porque cuando sus músculos le han permitido encadenar partidos seguidos, el equipo rojiblanco ha levantado el muro. Su entrega y eficiencia están fuera de toda duda. Lo que le ha lastrado es ese mordisco en sus piernas que le han hecho levantar la mano y pedir el cambio partido a partido, año a año. Un Tourmalet particular que puede leerse en tinta fina en su cuello, como un arañazo de los que no borra el tiempo y cuenta tanto: resiliencia. Eso es lo que le ha tocado en el fútbol. Levantarse, ese verbo tan rojiblanco del que el charrúa ha hecho gala. Una y otra vez. Aunque más que el cuerpo, le doliera el alma; de verse en ese pozo una vez y otra. Y ninguna temporada terminar de encontrar la escapatoria.

Piñedo, el artífice

Pero algo ha cambiado este año. Y el cambio es muy grande. Si Oblak es el futbolista que hasta el momento Simeone más ha utilizado (900 minutos en 10 partidos de 11), el segundo es Giménez, con 810. Simeone siempre ha podido contar con él. Y es siempre aunque sea casi porque ese casi es escaso: solo ante el Espanyol no tuvo minutos y solo ante el Villarreal y el Rayo Vallecano jugó la mitad. El resto, todo. 90 minutos tras 90 minutos. Sin manos al aire ni enfermerías. Siendo Giménez a cada minuto. Ese central capaz de jugarse la cabeza tirándose al suelo por repeler un balón, de asomar por los partidos con esa testa convertida en un camión para cabecear balones ya en el aire, ya para repeler balones que buscan su portería como para encontrar la contraria (además de ser el que mejor habla ante la prensa, cada palabra, puro sentimiento y raíz rojiblanca). Ante el Leipzig marcó. Y celebró besándose el escudo al pecho. Cómo no. Emocionante. Inevitable.

Con Uruguay este parón, en principio, y según las pruebas de Simeone, no parece que partirá de inicio ante el Leganés. El que sí que lo hará será Griezmann, el segundo jugador de campo tras el charrúa con más minutos esta temporada, con 807 minutos jugados, a tres de Josema (el tercero es Koke, con 777, el capitán que parece que, las dos semanas de parón con el técnico argentino en el Cerro, también será titular). Pero la estadística ya queda ahí, escrita en piedra. Porque nunca antes ha pasado. Nunca antes el Cholo ha podido contar con un futbolista vital siempre que lo ha necesitado en el inicio de la temporada, porque ahí estaban las lesiones, las sesiones de yoga fallidas, el cambio de alimentación para nada, la amargura de querer y no poder. Este Giménez es otro y supone, quizá, de momento, el mayor triunfo de ese cambio estructural que vivió el Atleti este verano: el de su nuevo preparador físico. Ser capaz de que Giménez no se lesione tiene mucho que ver con el nuevo método y con Luis Piñedo. La prueba del algodón no engaña. Y este particular reloj entre la fibras del uruguayo la verdad que tampoco.

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