La visita del Athletic a Montjuïc está plagada de morbo por el ‘caso Williams’. Tras pensárselo mucho, el extremo decidió permanecer en Bilbao.
Saltarán 22 jugadores mañana al césped de Montjuïc, pero los ojos y las cámaras se centrarán en tan sólo uno de ellos: Nico Williams. El verano ha sido largo en Bilbao, interminable, y aún le queda una semana si nos ceñimos al plano futbolístico. El extremo internacional se movía por un perfil discreto hasta el pasado mes de junio. Pocos habían reparado en su juego, quitando la afición de San Mamés, deslumbrada con sus filigranas y regates. Y en estas, cuajó un partido monumental ante Italia y fue creciendo en la Eurocopa hasta ser una de las grandes estrellas con España, a la que impulsó hacia el trono de campeona junto con Lamine Yamal, su colega de fatigas.
A partir de ahí, no ha habido un día en que no saliera a la palestra su nombre vinculado al Barcelona. Entró en el juego el presidente Laporta, proclamando a los cuatro vientos que los 58 millones de cláusula no iban a constituir ningún impedimento, y se puso de su lado su homólogo de LaLiga, Javier Tebas, lanzando aquello de que “el Barça podrá fichar a Nico”. El dirigente azulgrana jugaba la baza de juntar al hermano de Iñaki con su buen amigo Lamine Yamal. Harta de tanto mareo y de ver cómo en todas y cada una de las entrevistas que concedía el hermano de Iñaki cuando estaba con la Selección le insistían si se iba al Barça, la directiva rojiblanca elevó una protesta contra la Federación por alimentar aún más la presión hacia el chaval.
Pero ¿por qué Nico después de pensárselo tanto decidió descartar al Barça, a un club con tanto nombre y repercusión? Varias han sido las razones. La principal, su entorno más próximo. Desde su hermano Iñaki, el guía en todos los pasos que da, hasta sus padres, le recomendaron que fuera de cara en todo momento con el Athletic, un club al que debe estar muy agradecido tanto él como la familia. Desde que reclutaron al internacional siendo un niño procedente de Osasuna, ha tenido todo el apoyo y las facilidades del mundo en Lezama. El sueño de jugar la Europa League vestido de rojiblanco y la posibilidad de disputar la final de ese torneo en San Mamés en 2025 fueron ‘palancas’ importantes para la continuidad. Y luego estaba la imagen que ha ido dando el Barça en todo este proceso, retransmitiendo cada paso que daban y sin poder garantizar en ningún momento que formalizaran con rapidez la inscripción del pamplonica. Un devenir de los acontecimientos que ha ido deteriorando el concepto idealizado que tenía el extremo del club culé. Nico quiere ir con calma, sabe que su crecimiento aún puede ser mayor y que en 2025 tendrá mucha más perspectiva sobre cómo orientar el futuro.
El caso es que Nico ha sido el protagonista de estos meses en España, con permiso de Mbappé. La catarata de rumores ha ido cesando, sobre todo cuando el Barça arrojó la toalla y fue a por Dani Olmo, pero el partido de mañana lleva en su seno enorme tensión por este caso. El entorno familiar del 10 está feliz por atender su recomendación de que siga una campaña más, que continúe con su crecimiento imparable y que disfrute del regreso del Athletic a Europa. Él sabe que Valverde es un entrenador que potencia su juego a las mil maravillas y San Mamés sueña con un tridente conformado por los Williams y el fichaje Djaló, otra centella negra en La Catedral.
El vicepresidente del Athletic, Jon Ruigómez, dio con la clave del asunto. “Si se hacen bien las cosas y hay proyecto, hay tranquilidad”, lanzó en la SER. Unas palabras que se podrían interpretar como un pescozón a Laporta y su cambiante idea de club. Añadió que “el Athletic es motivo de ilusión, yo creo que esto es algo habitual y no cambia de un día para otro. La gente tiene ganas de un año ilusionante”. Ruigómez destacó que ante una situación como la vivida con Nico Williams, dentro del club “no es cuestión de saber o no saber, es cuestión de mantener la calma, de tener confianza en el trabajo que se está haciendo, en que hay un proyecto, en que hay mucha ilusión y, con estos mimbres, pasa lo que tiene que pasar”.
Llegó un momento en el que la situación empezó a hacerse irrespirable. Todo eran filtraciones, algunas interesadas y falsas, hasta el punto de que los compañeros del 10 en Lezama salieron en su defensa. “Que decida libremente, solo pido eso”, le dedicó el capitán De Marcos. “El 90 por ciento de lo que se ha dicho de este tema es mentira”, añadió Simón, su fiel escudero en La Roja y la Selección. Nico firmó hasta 2027, pero pocos creen que vaya a cumplir esa ligazón. La directiva se ha puesto manos a la obra para subir la cláusula y sus emolumentos. Se esperaba su regreso a Lezama tras las vacaciones y adelantó la vuelta. Estaba fijada para el 12 de agosto y se presentó casi una semana antes. “Con muchas ganas de empezar”. Así confirmó que se quedaba y cerró la puerta a más especulaciones. El PSG hizo un último intento por ficharlo, pero su deseo también cayó en saco roto. Otra de las claves para su continuidad en Bilbao es el trato cariñoso que ha tenido en todo momento por parte de sus compañeros y de los directivos rojiblancos. Va ser referencia del club y de la empresa Nike. En un claro guiño simbólico, Nico Williams heredó el icónico dorsal 10 de Iker Muniain. “Le pedí el 10 a Muni y muy orgulloso de poder llevar ese número y hacer historia como ha hecho él”, deseó.
En el vestuario es uno de los ‘niños mimados’. Vivian, que ha compartido Eurocopa y le tiene en la caseta de San Mamés, fue muy claro hace unos días: “A Nico lo vi muy tranquilo. Su mayor ventaja es que tiene un círculo muy bueno con su hermano y puede contar con nosotros. Ha sido el culebrón del verano. Ha estado tranquilo, con los pies en la tierra, no se hace películas de ningún tipo. Ahora, a disfrutar donde mejor está, que es el mejor sitio”. El central remarcó que “los jóvenes de la cantera deben ver que se pueden hacer cosas. En la Selección éramos nueve vascos y ninguno estaba en esos equipos ‘grandes’. Lo que hace falta es tener convicción y que trabajes por lo que quieras hacer”.
En estos dos meses de incesante rumorología, también se coló Víctor Font, segundo en las pasadas elecciones azulgranas, quien afirmó que el Barcelona no tiene la fortaleza financiera para una operación de este calibre. Un discurso que también caló en los Williams, pues aumentó las dudas que ya tenían. “Ojalá pudiéramos fichar a Nico Williams porque es lo que necesitamos. El presidente ha dicho que es posible, pero eso no es cierto. Hoy no se puede hacer. Esperamos que sea posible mañana. Pero hoy no lo es”, aseguró.
El empresario de Granollers lamentó las promesas de la junta directiva actual, a la que acusó de vender ilusión a los aficionados de una forma temeraria. “Los socios queremos soñar y creer lo que nos dicen. El problema es que llevan tres veranos diciéndonos que todo está bien, que ficharemos jugadores y que todo está resuelto. Cada año que pasa, la credibilidad cae. Y este verano, si no se cumplen las promesas, la credibilidad caerá aún más”, dijo el líder de ‘Sí al futuro’. Una credibilidad que se fue por los suelos y decantó la balanza con Nico.
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