Francia derrotó a Argentina 1-0, en Burdeos, por los cuartos de final de los Juegos Olímpicos París 2024 y frenó la ilusión celeste y blanca en búsqueda de la tercera medalla de oro. Los locales anotaron temprano y se mostraron ordenados y homogéneos durante todo el partido, ante una Argentina desordenada pero que, de todos modos, dispuso de varias situaciones muy propicias como para anotar.
En una clima espeso, como era previsible, hubo silbidos de los franceses en el himno argentino y también abucheos cada vez que un jugador del equipo celeste y blanca tocaba la pelota. Y al final hubo cargadas de futbolistas franceses y reacción de los argentinos.
De pelota parada, a los 4 minutos, llegó el gol francés. Michael Olise pateó el tiro de esquina y en el primer palo, Jean Mateta le ganó en el anticipo a Nicolás Otamendi y metió el soberbio cabezazo goleador.
Envalentonado con ese gol, Francia se fundamentó en su fortaleza física, su velocidad y su facilidad para conectarse con pases verticales y dúctiles y dispuso de un par de ocasiones como para ampliar la diferencia. Argentina estaba desorientada y la pasó mal hasta la mitad del primer tiempo.
De a poco fue mejorando el equipo de Javier Mascherano, a partir de la recuperación y armado de los volantes, Cristian Medina, Ezequiel Fernández, Kevin Zenón y Thiago Almada y al despliegue de Giuliano Simeone y Julián Álvarez.
Kevin Zenón se escapó sólo por la izquierda y sacó un remate bajo y cruzado que salió cerca; Ezequiel Equi Fernández sacó un buen disparo desde afuera y el arquero Guillaume Restes voló para salvar y, en la más clara, Guiliano Simeone, entrando sólo por la derecha y a un paso del arco, cabeceó muy alto.
Más allá de estas oportunidades propicias estaba claro que Argentina dependía de chispazos de jerarquía nacidos de la brillantez de sus individualidades que de un sólido esquema táctico. Y que Francia funcionaba mucho mejor colectivamente, sin soslayar la calidad de algunos de sus jugadores.
El equipo dirigido por Thierry Tití Henry -el enorme ex delantero que la rompió en Juventus, Arsenal y Barcelona- decidió esperar bien agrupado, con un compacto racimo defensivo, y contragolpear en el segundo tiempo.
El gasto lo tenía que hacer Argentina. Y lo hizo, pero mal dosificado y sin ideas. Fue con mucho temperamento, luchó a pleno cada pelota, pero careció de claridad e ideas. Los cambios apurados y sin explicación táctica lógica no contribuyeron. Se insistió en querer ingresar a una área que no ofrecía espacios en vez de probar con remates de afuera.
Terminó con abundancia de delanteros: a los titulares Simeone y Álvarez se le fueron sumando Lucas Beltrán y Luciano Gondou. También, demasiado tarde, Claudio Echeverri. Sin embargo, los errores se repetían y no había forma de romper el ordenado y aplicado sistema defensivo local.
Pareció dado el golpe de gracia a los 38 minutos del segundo tiempo, con el segundo gol de Francia. Un zurdazo de Michel Olise, ante un débil resistencia de la defensa argentina, establecía el 2 a 0. Pero llegó la advertencia desde el VAR y tras revisar la jugada, el árbitro uzbeko Ilgiz Tantashev lo anuló por una falta (de esas discutibles) de Maghnes Akliouche a Ezequiel Fernández, en la jugada previa.
Ya en tiempo de descuento, Argentina, siempre con mucha voluntad y poca coherencia, tuvo otra situación clarísima. Pero definió mal, sin puntería, Luciano Gondou, el autor de tantos goles salvadores de este equipo en otros partidos.
Así, el fútbol argentino, que asomaba como uno de los candidatos a colgarse una medalla en estos Juegos Olímpicos, dijo adiós. Quedan en camino Marruecos (goleó a Estados Unidos 4-0), España (superó a Japón 3-0), que jugarán una semifinal el lunes, Francia y Egipto (eliminó por penales, 5-4, a Paraguay tras igualar 1-1 en los 90 minutos y alargue), que disputarán la otra semifinal también el lunes.