Surge una segunda unidad con colmillo: la de Endrick, Güler y Brahim. El brasileño, a gol por tiro; el turco ‘hace’ de Bellingham y el malagueño es letal.
Detrás del intocable tridente formado por Vinicius, Mbappé y Rodrygo arrecia otro con ganas y colmillo:la EGB de Endrick, Güler y Brahim. Entre los tres (gol del joven depredador brasileño, otro del internacional marroquí regado con una asistencia y partido notable del prodigio turco) se merendaron a un muy competente Valladolid y le mostraron a Ancelotti que la añorada segunda unidad deluxe ha vuelto. Al menos, en el trío ofensivo. El puesto de Vinicius, Mbappé y Rodrygo no está en discusión, pero visto lo que pide paso desde el banquillo, la molicie está más prohibida que nunca…
Para Ancelotti es un bendito problema. Si la plantilla anda casi con lo puesto en defensa, en ataque puede elegir en el joyero. Pero considera imprescindible que los titularísimos sientan presión interna. Por eso dejó un recado entre líneas a los de arriba en la conferencia de Prensa posterior: “Es normal que con este calor se cansen, pero tienen que ser responsables y levantar la mano para pedir el cambio si es necesario, porque tenemos calidad de sobra en el banquillo…”.
Güler trae la frescura por bandera. Los seis goles en sus primeros seis remates a puerta la temporada pasada generaron una conexión inmediata con la grada y plasmaron la necesidad de encontrar vías para emplear al talento otomano. Hasta su entrenador aseguró que la pelota está enamorada del muchacho. Con la baja para un mes de Bellingham que adelgaza la línea media, incluso ayudando en la construcción. Es lo que se le pidió contra el Valladolid y lo que intentó, aunque lo prodigioso vino cuando visualizó portería. En el 68′ se acomodó a la derecha, le tiró un caño a Lucas Rosa y su zurdazo, rebotado en un zaguero pucelano, casi supera a Hein. Se está soltando una simbólica melena. Sus cinco disparos contra el Valladolid son su mayor cifra en un partido desde que fichó por el Madrid. Y las tres faltas que recibió igualaron las que sufrió contra el Cádiz en mayo. Cada vez es más influyente.
Y Endrick comienza a demostrar que es un martillo. Venía con la carta de presentación de marcar en sus dos primeros partidos con la absoluta de Brasil. Con el Madrid, su primer disparo en partido oficial fue el 3-0 a los de Pezzolano. Seco y al hueco, con la diestra, su pierna menos buena. Pam. Por contraposición, Mbappé aún está calibrándose. En doce remates del galáctico francés, un único tanto cuando el promedio de su carrera es de un gol cada 4,55 intentos. Vinicius ha comenzado también en frío…
Espabilado y pleno de velocidad
Diferentes estados de temperatura donde destaca Brahim, que lejos de deprimirse por pasar a ser en teoría el último de la fila, irradia ganas. Renunció a los Juegos para mostrárselas a Carletto en este arranque de la 2024-25 y su gol al equipo pucelano recordó al que le hizo al Atlético en la Supercopa de España. Uno de futbolista espabilado para encontrar la espalda del contrincante, físicamente impecable y listo para producir en tiempos cortos. Así lo viene haciendo. En sus 2.637 minutos en total como madridista ha aportado 15 goles y 13 asistencias. O lo que es lo mismo: interviene en un gol blanco cada 94 minutos sobre el terreno de juego.
La EGB de Endrick, Güler y Brahim comienza el curso con la lección aprendida: para hacerse hueco hay que sacar sobresalientes desde el primer test.
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