La situación del portero ucraniano, que no acaba de firmar su continuidad, alerta a los directivos del Madrid y a Kepa, que para todos sus movimientos hasta saber qué va a pasar. Aunque el vasco tiene ofertas…
Cuando todo parecía marchar con cierta tranquilidad antes de comenzar la semana que viene la pretemporada blanca, una nube gris aparece en el horizonte madridista: el futuro de Lunin no está claro. El meta, con una oferta de renovación de cinco años (acaba contrato en 2025, pero el equipo blanco quiere que firme hasta 2029), no ha dado señales para sentarse a firmar ese nuevo contrato. Y eso ha puesto en vela a los directivos blancos, que no quieren llevarse ningún tipo de sorpresas de última hora.
Incluso el Madrid, siguiendo su política de fichajes, ha estado examinando los partidos de Joan García, joven portero del Espanyol (23 años), con un gran futuro y que también está siendo observado por diversos equipos de la Premier (Arsenal y Tottenham lideran la lucha). De salir, será por su cláusula (25 millones de euros). Por un precio mucho menor otra opción sigue latente. Un reciente conocido: Kepa Arrizabalaga.
Toda esta situación lleva en funcionamiento desde el verano pasado. Tras la lesión de Courtois, la llegada del propio Kepa instaló el proceso de lucha entre los dos porteros (Lunin y el vasco) por ver quién se ganaba la titularidad. Y la conquista de la Champions, ya con Tibu de vuelta para ser el muro de la 15ª con el ucranio de baja en la semana de preparación por gripe, potenció aún más ese debate. Según fuentes del club, la negociación estaba encarrilada para sellar la continuidad del ucraniano hasta 2029. No obstante, no ha habido avances en ese sentido y Lunin se personará el lunes en Valdebebas con un futuro incierto. Mucho.
Origen. Faltaban algo más de tres semanas para la disputa de la final de la Champions, cuando Carlo Ancelotti dictó sentencia en la sala de prensa de Valdebebas: “La temporada de Lunin es fantástica, pero el mejor portero del mundo está de vuelta…”. Con ese “mejor portero del mundo”, el técnico italiano se refería a Thibaut Courtois, víctima colateral de una situación que se ha ido enroscando hasta llegar a un punto casi límite con otros dos protagonistas: los metas Andryi Lunin y Kepa Arrizabalaga. Pero las actuaciones del belga han demostrado su calidad (el meta sumaba 17 paradas en 17 tiros y fue decisivo en la final de la Champions).
Con la lesión de Courtois en agosto de 2023, Lunin se vio titular indiscutible. Jugó los dos primeros partidos de Liga, pero el club se movió rápido y logró la cesión de Kepa, que llegaba procedente del Chelsea. Tras una serie de cambios en la portería entre ambos jugadores, Lunin se hizo con el puesto de titular. Todo hacía indicar que el meta, debido a sus grandes intervenciones tanto en Liga como en la Champions (extraordinarias fueron sus actuaciones ante el Leipzig y el Manchester City), renovaría con el equipo blanco por varias temporadas más. Todo quedó apalabrado para el final de la Eurocopa. Pero…
Todo ha dado un giro de 180 grados. Mientras la situación de Lunin para con el Real Madrid se ha quedado estancada hasta esta próxima semana, en la que el meta ucraniano vuelve a los entrenamientos con el Real Madrid. Será el momento de saber cuáles son sus intenciones: acaba contrato en 2025 y al Madrid le gustaría que siguiese, pero no a cualquier precio.
Arabia complica la espera
En la otra punta del triángulo aparece Kepa. Cedido por el Chelsea la pasada campaña, ha frenado hasta ahora cualquier operación en la que esté involucrado hasta que sepa que va a pasar con el futuro de Lunin. Pero la paciencia no es eterna y, como bien informa The Athletic, está en conversaciones con el Al Ittihad de Benzema para poner rumbo a la liga saudí.
El portero vasco, que se ha ganado el cariño y el respeto de todo el vestuario, tiene contrato hasta 2025 (como el portero ucraniano) con el equipo londinense. Su comportamiento, ejemplar (sin ir más lejos ayudó a Lunin en la tanda de penaltis del Manchester City), ha sido muy bien valorado tanto por el staff técnico (el entrenador de porteros, Luis Llopis, es uno de sus grandes valedores) como por la directiva. Ahora todo vuelve al final de la temporada: dos puestos para tres jugadores.
Y todos se miran de soslayo para ver quién da el paso (quizá negativo) y apartarle de este particular ‘Juego de Porteros’. Ya se sabe, la sombra de Courtois es muy alargada (no por su físico, que también), sino porque es el que parte con ventaja (mucha) por parte del staff técnico…
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