El vasco trabaja en solitario en Londres. Tiene varias propuestas, pero quiere darse un tiempo por si Lunin sale y puede volver al Real Madrid.
La situación en la portería del Real Madrid no está nada clara, a excepción de lo más importante: Thibaut Courtois volvió en plena forma tras su rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, pudo disputar sin problema varios partidos de Liga y la final de la Champions League en Wembley y será el titular de Ancelotti en la temporada 2024-25. Después está Lunin, pero la situación del ucranio es incierta: con su retorno al trabajo quitándose dos semanas de vacaciones pareció mandar un mensaje de confianza en sus posibilidades y querer apurar sus opciones, pero fichó por Jorge Mendes, un especialista del mercado, y sus mensajes no han sido claros en ese sentido. Le queda un año de contrato y la posibilidad de que salga es real, lo que obligaría al Madrid a firmar un sustituto. Y ahí aparece un nombre ya conocido por el club blanco: Kepa Arrizabalaga.
El vasco pasó cedido en el Madrid la pasada campaña, un curso en el que vivió de todo: llegó como relevo del lesionado Courtois y fue directo a la titularidad, pero un problema muscular durante el calentamiento de un partido de fase de grupos de la Champions ante el Braga abrió la puerta a Lunin, ahí arrancó una etapa de alternancia en la portería de la que salió Carletto convencido de que el ucranio debía ser el titular y Kepa acabó relegado al banquillo. Pero sin un mal gesto y aportando desde su lugar, con especial relevancia en la tanda de penaltis ante el City en cuartos de final de Champions, en la que avisó a Lunin de que quedarse en el centro de la portería cuando tirase Bernardo Silva era una buena opción. Y lo fue.
La experiencia de Kepa en el Madrid, pese a no haber sido satisfactoria en lo deportivo, sí lo ha sido a nivel general; el portero se ha encontrado cómodo en el club, en el vestuario y ha podido ser parte de un doblete Liga-Champions histórico. Tanto es así que tiene al club blanco como un objetivo inmediato, si es que las circunstancias (es decir, la salida de Lunin) se prestan a ello. Se encuentra en Londres, donde todavía tiene un año más de contrato con el Chelsea, y trabaja diariamente en la ciudad deportiva de Cobham, pero de forma separada al equipo ‘blue’. Además, el grueso de la plantilla del Chelsea puso ayer rumbo a Estados Unidos para la gira de verano (se enfrenta al Madrid en la madrugada del 6 al 7 de agosto en Charlotte) y a ese avión no se subió Kepa, que tiene permiso del club inglés para buscar un destino de cara al curso que viene. Todo indica que el Chelsea le dará todas las facilidades.
Desde Londres, pensando en Madrid
Y él tiene en mente al Madrid, aunque sabe que de momento es una posibilidad remota, sobre todo porque depende de algo que no está en absoluto en su mano: la salida de Lunin. Para ello, el ucranio debe llevar una oferta al Madrid que en el club consideren satisfactoria y no parece que eso vaya a suceder en el corto plazo. Kepa está recibiendo propuestas y de momento las tiene en el congelador; quiere esperar a ver si la situación del Madrid se desentraña con margen suficiente, consciente de que en el club blanco su fichaje como alternativa a Courtois es vista con buenos ojos si Lunin sale. Evidentemente, no es una espera sin condiciones; si llega una oferta de un proyecto atractivo y que suponga una mejora evidente para su carrera, es muy probable que la acepte. Pero de momento, nada de lo que le ha llegado le suena mejor que volver al Madrid.
La celebración por la Champions en Cibeles dejó claro que Kepa disfrutó, y mucho, de su única campaña hasta el momento en el Madrid. Y con los números en la mano, su rendimiento no fue malo: jugó 20 partidos, casi 1.800 minutos, en los que encajó 18 goles y dejó la puerta a cero en nueve oportunidades, casi el 50%. Algunos errores puntuales terminaron decantando la balanza en favor de Lunin, pero Ancelotti le transmitió confianza y elogió sus cualidades. Y si se da la oportunidad, el italiano se sentirá seguro con Kepa guardando la espalda de Courtois.
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