‘Ironman’ Rodrygo

El brasileño cierra una temporada de casi 5.000 minutos, de 62 partidos y de 350 días. Ha descansado sólo en cuatro encuentros en un año.

Del 23 de julio de 2023 al 7 de julio de 2024. De un amistoso ante el Milan a una derrota dolorosa, en el sentido más amplio de la palabra, en la Copa América frente a Uruguay. Casi un año de fútbol (350 días), casi 70 partidos (69), casi 5.000 minutos (4.987′) de Rodrygo entre Real Madrid y Brasil. Cortesía de un calendario que poco tiene ya que envidiar a la NBA y de un físico pulido y potenciado desde su aterrizaje en el club blanco (su caso sirve de ejemplo para un Arda Güler también llegado con cuerpo aún por definir). Siempre disponible para Ancelotti, Diniz o Dorival. Un Rayo de acero.

Sin lesiones. La última reseñable, en diciembre de 2020 (65 días y 12 partidos de baja por un problema muscular). Tampoco, al menos de gravedad (lo descartan los primeros exámenes), tras la terrible entrada de Nahitan Nández que dejó al Rayo fuera de combate y a Brasil sin uno de sus lanzadores principales para la tanda fatídica para la verdeamarelhaUn curso con apenas tres días de descanso en el Madrid. Mallorca, Real Sociedad y Cádiz, todos antesala de días grandes: la vuelta ante el City y la ida y la vuelta frente al Bayern, respectivamente, aparecían al doblar la esquina de esos reposos. Con Brasil, ídem. En 14 partidos, 13 titularidades y sólo frente a México se quedó a cero por estar recién llegado de ganar la 15ª.

Una temporada que terminó con mirra, doloroso revés en la Copa América mediante, pero con mucho oro. Supercopa de España, Liga y Champions. Un triplete que enriquece su vitrina particular, a sus 23 años, hasta los 11 títulos. Un ciclo dorado donde, curso a curso, siempre ha tocado metal desde su llegada. En la presente ha coqueteado con superar por primera vez la veintena de goles de blanco (17, su techo son los 19 de la 2022-23), aunque los cuatros con la Seleçao cifran su contador en 21. Salpimentados con nueve asistencias. Una campaña guadianesca. Grandes rachas y sequías notables. Pero siempre indiscutible para sus entrenadores por ese “aporta mucho más que gol” que tantas veces ha verbalizado Ancelotti.

Respaldo

Fue el propio Carletto el que se encargó de enterrar cualquier conato de duda que hubiera de cara a la 2024-25: “Es una pieza muy importante para nosotros y lo será en el futuro, no hay ninguna duda”. Así sobreseyó el caso. Porque a pesar de la llegada de Mbappé y un pujante Endrick, la idea es que el de Osasco mantenga su rol preponderante. Aunque el cuerpo técnico valora cómo dibujar al nuevo Real Madrid, el 4-3-3 con la pareja brasileña y Kylian en punta tiene mucho peso. Sin olvidar que los blancos pueden disputar un máximo de 72 partidos en la 2024-25. Estar disponible será más virtud que nunca. Y en eso, Rodrygo es un maestro.

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