Tomó la decisión de ir a Bilbao a entrenarse para poder progresar. El Athletic lo fichó para el Juvenil, pero Etxebarria lo subió al Baskonia directamente.
Dani Vivian (5-7-1999, Vitoria) tomó una decisión de vida en su último año de cadete. Ambicioso, y algo inquieto con el nivel en las categorías inferiores en Álava, algunas personas cercanas a él le recomendaron que saltase a Bilbao para estar en la órbita del Athletic. Vivian se la jugó y fichó por el Santutxu, uno de los equipos de cantera más importantes de Bizkaia. La empresa tenía sus dificultades. Para entrenar, Vivian hubo de a diario de Vitoria a Bilbao. Algún día lo podrían acompañar sus padres, pero muchos otros tuvo que tirar de autobús y metro para hacer el ida y vuelta. Luego, de vuelta a casa, le tocaba terminar los deberes. Años duros. Pero Vivian quería triunfar.
En el Santutxu, su entrenador fue Ibai Gómez, aquel ex jugador del Athletic con querencia a golpear el balón con el exterior del pie. El Athletic no tardó en tener noticias de Vivian y lo incorporó para su equipo Juvenil de División de Honor. Pero, casualidades de la vida, Joseba Etxebarria, entrenador del Baskonia (Athletic C), necesitaba centrales para un partido de pretemporada. Después de verlo, dijo: “Vivian se queda”. Así que, sin jugar un partido con el Juvenil, empezó a jugar con el Baskonia. Vivian, interiormente muy competitivo, nunca ha temido los retos. Después de algún mal momento en el Athletic, recibió una proposición del Mirandés para ir cedido. En la temporada 2020-21, no sólo tuvo éxito deportivo en Segunda. Por su capacidad de liderazgo (”cuando habla, no parece tener 25 años”, dicen quienes le conocen) le escogieron capitán; otro paso para el regreso a la élite. Tipo sencillo, estudia un máster de Finanzas y colabora en las actividades de la Fundación del Athletic, que tiene un club de lectura en el que participa activamente.
Aunque algunos analistas pronosticaron que sería el descarte de Luis de la Fuente antes de la Eurocopa, y que sería Cubarsí quien se quedaría, Vivian estaba seguro de que se quedaría. El seleccionador le había llamado para la convocatoria de marzo después de un seguimiento exhaustivo que le llevó en numerosas ocasiones a San Mamés durante la temporada Vivian admite a sus más íntimos que está viviendo un sueño en la Eurocopa. Y, por si fuera poco, ha cumplido cuando le ha tocado jugar, como el pasado martes contra Francia. De Alemania va a llevarse una experiencia inolvidable.
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