Mbappé, del vértigo al plan C

Ancelotti comienza a barruntar el futuro y maneja tres alternativas para encontrar encaje a Kylian. Del rombo al tridente, pasando por un 4-4-2 que ha brillado en el segundo tramo de la 2023-24.

Hay fumata blanca. “Kylian Mbappé es nuevo jugador del Real Madrid”. El fichaje eterno para una plantilla que necesitaba una guinda: el de Bondy. Un atacante para redondear un equipo blanco diseñado, temporada a temporada, con mimo y un escrutinio de mercado minucioso. La política de la secretaría técnica ha sido, en todo momento, no buscar parches, sino el objetivo principal.

Así se entiende que, en la espera interminable al ex del PSG, quedase vacante el 9. El dorsal y el lugar, con la marcha a Arabia de Benzema. Carletto, al fin, tendrá a su delantero. Y llega el momento de encajar la pieza en un puzle de presente reluciente y futuro aún más deslumbrante. En los cimientos no hay incógnitas. Courtois; Carvajal, Militao, Rüdiger y Mendy forman el entramado defensivo. Pero de la sala de máquinas en adelante, el Reggiolo tendrá tres sistemas a manejar…

El primero es puro rock and roll. Vértigo, músculo y olfato. El esquema prototipo hasta que aterrizó Jude Bellingham. El 4-3-3 de la BBCTambién el de la 14 con Valverde de falso extremo. Las siglas no encajan con la misma sencillez que Benzema, Bale y Cristiano, pero Rodrygo, Mbappé y Vinicius no necesitan trabalenguas. Tres atacantes con colmillo, desborde y una capacidad para permutar posiciones indudable. Luis Enrique le ha echado un capote a Ancelotti y ha potenciado el rol del bondynois como delantero centro.

El resultado grita gol. De los 44 tantos y 10 asistencias de Kylian, 27 y seis han llegado en los 27 encuentros donde ha sido el nueve parisino. Los hechos entierran cualquier debate. Eso sí, es un dibujo que aleja a Bellinghama priori, del área y deja a Camavinga o a Tchouameni como damnificado. Porque Valverde, su llegada y sus pulmones son innegociables para Ancelotti. También es la opción más atrevida, aunque el de Stourbridge eclosionó como interior, así se granjeó su fichaje por el Madrid, y su esfuerzo defensivo es indiscutible.

Las dos siguientes alternativas son esquemas que penalizarían, sobre el papel, a Rodrygo. Los nombres no varían. Valverde, Tchouameni, Camavinga, Bellingham, Mbappé y Vinicius. Sí su colocación sobre el verde. Ancelotti, al detectar su potencial ofensivo, diseñó un rombo con un clarísimo protagonista: Bellingham. Como mediapunta, el inglés Cristianizó su arranque de temporada, coqueteando con el gol por partido. Jude como canalizador de todo, escoltado por Valverde y Camavinga como interiores y Tchouameni de ancla. Un sostén sólido, con Vinicius y Mbappé como aniquiladores arriba. ¿El problema? El sobreesfuerzo defensivo al que la dupla francobrasileña debería someterse…

Y ahí es donde aparece el plan C. El esquema con mayor blindaje por la colocación de las piezas. Un 4-4-2 que ha ido ganando peso a medida que avanzaba la temporada blanca. Aunque, eso sí, ha sido con Kroos (el madridismo llora su marcha) y Valverde en el doble pivote donde mayores réditos le ha dado a Ancelotti.

La dupla Camavinga-Tchouameni en paralelo aún debe demostrar su solvencia, pero en el club no se duda que son el músculo de la sala de máquinas durante muchos años. De inicio, serían los elegidos por el técnico italiano y ello llevaría al Halcón a la banda derecha y a Jude a la izquierda. Una liberación para Vinicius y Mbappé, con menores quehaceres defensivos. Tampoco minimiza a un Bellingham que se acomoda perfectamente al costado para percutir hacia dentro, al tiempo que su físico imponente le permite cubrirle las espaldas a Vini.

Un banquillo de oro

Son tres alternativas que contarían con un fondo de armario estupendo, empezando por un Modric que estira su fútbol una temporada más. Brahim tiene cabida en todos los esquemas, ya sea como delantero, mediapunta o perfilado a cualquiera de las bandas. Rodrygo sería un titular indiscutible en pujanza constante por recuperar la posición de penalizarle el dibujo.

Joselu mantendría el rol de ariete diferente y de perfil único en la plantilla. Ello añadiendo a un Endrick que aterriza en julio con la mayoría de edad, un Güler convertido en la supernova del tramo final Ceballos, a quien si los problemas físicos no le trastabillan el rodaje, tiene la confianza de Ancelotti. Una baraja con muchos titulares, pero sólo caben seis. Bendito problema para Carletto.

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