Salió en la foto en tres goles de Sorloth, su gran test para ‘emular’ a Füllkrug, el ‘killer’ del Borussia. Al Madrid le hicieron 21 remates y 23 centros…
EI Real Madrid consiguió elevarse con un majestuoso 1-4 en la primera mitad en La Cerámica pese a desplegar dos futbolistas claramente desconectados del resto. Ceballos, que parece mentalmente tres escalones por debajo del resto, y Militao. Y con el brasileño, la lectura es en clave Wembley. En la maquinaria madridista donde incluso Güler y Lucas Vázquez acaban la temporada a la velocidad del extinto Concorde, una tuerca suelta como el utrerano no afecta al pleno funcionamiento coral. Pero Mili, sí.
El central está consiguiendo administrar minutos competitivos en el último mes. Son 421 minutos, pero muchos de ellos le han venido en tres partidos casi a placer, los del 3-0 al Cádizy el 5-0 al Alavés, resguardado en el Bernabéu, y el0-4 con el desahuciado Granada. Ensayos más para el fitness que para pruebas de competitividad real. Sí, estuvo en el 0-1 en San Sebastián, pero el ataque de la Real poco se parece al del Borussia Dortmund. En especial en la manera de cargar el área. Desde que volvió de su lesión del cruzado, lo más parecido que ha tenido que afrontar al borusser Füllkrug, casi un pilier de rugby, ha sido Sorloth. Rubios y vestidos de amarillo, imposible recrear mejor la simulación. Y ese test en La Cerámica terminó con cuatro ensayos del noruego en la portería blanca, con Militao saliendo en la foto de tres de esos goles. Mal asunto.
Rüdiger. En el descargo de Militao puede estar el ojo avezado de los expertos. Schüster, en el postpartido, no tuvo empacho en señalar a su compatriota Rüdiger como un factor necesario para entender los problemas del internacional brasileño. “Estuvo algo pasivo y dejó a Militao bastantes veces solo...”, analizó el exfutbolista y exentrenador madridista. Militao fue el eslabón más débil (también fue el segundo menos preciso en el pase, tras Joselu) en un descuidado ejercicio defensivo general de todo el equipo. Al Madrid le hicieron 21 remates y 23 centros…
Ancelotti, siempre presto a desdramatizar, acudió al rescate de Militao y del resto de la defensa por ese póquer de Sorloth. “No me preocupa porque fue un partido abierto, encajamos goles más de lo necesario, pero no pasa nada… no cambia lo que va a ser la final”. Eso fue después, porque antes, durante el partido, el torniquete a la hemorragia que supuso los tres goles de Sorloth en sólo ocho minutos (del 48′ al 56′) fue quitar de inmediato a Militao (en el 61′) para meter a Nacho. Significativo.
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