Benzema, Asensio, Cristiano, Casemiro, Varane, Ramos… Son varios los jugadores que dejaron el club blanco y no lograron replicar su nivel lejos del Bernabéu.
Seis jugadores del Real Madrid están en posibilidad de marcharse este verano. Uno es seguro, Kepa, pues su cesión acaba y volverá al Chelsea. Y entre los otros cinco hay de todo: Lucas Vázquez firmará a buen seguro una ampliación de un año, Joselu será fichado desde el Espanyol por sólo un millón y medio, Kroos y Nacho tienen ofertas sobre la mesa y la decisión es totalmente de ellos y en el caso de Modric parece que ya está resuelto para bien. El croata seguirá.
En el panorama internacional son varios los ejemplos que dejan bien claro que salir del Real Madrid de forma voluntaria puede no ser un gran negocio a nivel personal, pues la dimensión global disminuye y a menudo, también la calidad de los jugadores que te acompañan. El Madrid nunca se ha enrocado para mantener a un futbolista a toda costa por muy importante que sea y no hay mejor ejemplo que Cristiano, el máximo goleador de la historia del club tras anotar 450 goles a lo largo de nueve temporadas.
El portugués pidió salir en 2018, hastiado por su conflicto con Hacienda y con una propuesta de la Juventus que el Madrid, en un gesto generoso, aceptó: se fue dejando 100 millones en caja. Pero su carrera posterior al Madrid no se acercó ni de lejos a la que vivió de blanco: no volvió a ganar un Balón de Oro, en la Champions se estrelló, ganó un par de ligas italianas y, tras un paso olvidable por el United, acabó en el Al Nassr de Arabia Saudí, donde sigue haciendo lo que mejor sabe, marcar, pero en un campeonato menor.
Otro que siguió su camino fue Benzema, que el verano pasado decidió dejar el Madrid pese a que tenía contrato por un año más para recalar en el Al Ittihad de Yeda a cambio de una millonada. Pero su experiencia no está saliendo ni mucho menos como esperaba: apenas ha marcado 13 goles, ha sufrido numerosas lesiones y ha estado en conflicto constante con su club, bajo amenaza incluso de no querer regresar. Poco que ver con el Benzema que en la 2021-22, no hace tanto, acabó la temporada con 44 goles y se llevó el Balón de Oro.
Son casos ambos extremos, pues es difícil replicar estar en el Madrid en una liga como la de Arabia Saudí. Pero justo esta semana se han vivido dos ejemplos más en una liga mucha más homologable como la inglesa, la Premier, y ambos en un club de gran repercusión internacional, si bien que no atraviesa sus mejores días en lo deportivo como es el United: Casemiro y Varane. En el caso del primero, está recibiendo serias críticas por su rendimiento, poco cercano al que lució en su última temporada en el Madrid, que llevó al United a desembolsar 70 millones para ficharle. Una leyenda de los Red Devils como Rooney le atizó fuertemente tras una derrota ante el Arsenal: “Es perezoso. Es un vago. No puede jugar en la Premier League como central”.
En el caso de Varane, acaba de ser oficial que deja el United tras sólo tres temporadas, después de llegar a Mánchester en 2021 a cambio de 40 millones. El club inglés tenía opción de ampliar un curso más al francés, pero decidió no hacerlo, por lo que Varane deja el United libre, pero con el prestigio internacional muy en caída. No ha logrado replicar ni de lejos su rendimiento del Madrid, donde ganó nada menos que cuatro Champions.
Otro central que se marchó, en su caso por entender que el Madrid debía darle un contrato mejor, fue Ramos. Y el tiempo ha dejado claro que la decisión fue equivocada: pasó dos cursos en el PSG, en el primero jugó muy poco y en el segundo bastante más, pero sin lograr rendimiento en la Champions, la competición que mide el éxito en París. El verano pasado aguantó hasta el final para volver al Sevilla y allí ha podido jugar bastante y a buen nivel, pero compite ya en un nivel diferente y ni siquiera está claro que vaya a poder seguir en Nervión.
Otro que se fue al PSG el verano pasado fue Asensio, cansado de no tener un rol de titular que él creía que merecía. Creyó que en el equipo parisino, una vez consumadas las salidas de Neymar y Messi, eso estaría más cerca, pero el tiempo le ha dejado claro que su rol en París es muy similar al que tenía en Madrid: no llega a los 1.400 minutos, apenas ha marcado cinco goles y se ha visto superado en el once por Dembélé y por el joven Barcola.
El caso más antiguo de todos es también uno de los más ejemplificantes del riesgo que se corre cuando uno de marcha del Madrid por deseo propio: Özil. El alemán pidió salir en 2013 ante la perspectiva de que Ancelotti, entonces recién llegado a su primer etapa en el banquillo blanco, no iba a contar tanto con él, sobre todo tras el fichaje de Isco. El Madrid aceptó una importante oferta del Arsenal, cercana a los 50 millones, y Özil firmó buenas temporadas en Londres, pero de escaso éxito colectivo (fue cuatro veces campeón de copa, pero ninguna de la liga). Mientras, el Madrid ganó cuatro Champions en los cinco curos siguientes…
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