El técnico italiano también rechazó las insistencias de Qatar en 2013… para fichar por el Real Madrid. El francés, cuya salida está confirmada, podría repetirlo.
Desde que se convirtió en el propietario del PSG, en 2011, después de desembolsar 50 millones de euros, más 20 en deudas, Qatar se había erigido como un duro negociador que conseguía sus propósitos la mayoría de las veces que se sentaba a negociar con un jugador. Con Kylian Mbappé, pese a un primer éxito por renovarle, en 2022, el país árabe no ha podido persuadirle para que rubrique una nueva ampliación de contrato, confirmándose su salida en el mes de febrero.
En 13 años de gobernanza, existen únicamente dos precedentes de dos activos que hayan dado plantón a los dirigentes qataríes, siendo Ancelotti uno de ellos. El técnico italiano, fichado en 2011 después de la salida de Kombouaré, declinó las proposiciones del PSG para fichar por el Real Madrid, en un escenario similar, aunque con algunos matices, al que sucederá en los próximos meses con Kylian Mbappé, cada vez más cerca del conjunto blanco.
Tanto Qatar como Al Khelaïfi, máximo responsable de las decisiones deportivas del PSG desde 2011, no pudieron retener al actual entrenador del Real Madrid, convencido desde el primer momento de que no podía declinar una oportunidad así. Rabiot, como subrayó L’Équipe en un artículo este lunes, fue otro de los que se negaron reiteradamente a renovar, aunque al mediocentro se le aplicó un castigo de no volver a vestir la camiseta parisina desde que se confirmó que se iba, en diciembre de 2018. El internacional francés fue apartado por Antero Henrique, director deportivo por aquel entonces, y no volvió a jugar hasta que no se confirmó su fichaje por la Juventus.
A Mbappé, como a su excompañero, también se le aplicó la mano dura por parte de Qatar. En junio de 2023, el delantero envió una carta membretada a la sede del club, notificando su intención de no renovar hasta 2025, pero dispuesto a cumplir el último año de contrato que le resta. Al Khelaïfi, furioso, le descartó de la gira por Japón en el mes de julio y aceptó incluso ofertas de Arabia Saudí para que le ficharan, todas rechazadas por el astro francés.
Después de una reunión acaecida en agosto, en el Parque de los Príncipes, antes del primer partido de la Ligue 1 contra el Lorient, el PSG reintegró a Mbappé. El jugador dio una leve esperanza a los dirigentes qataríes de renovar, pero la realidad es que únicamente quería volver a tener minutos. El hecho de haberle descartado fue considerado por el entorno y por el propio futbolista como una humillación, lo que desembocó en una ruptura total entre ambas partes que culminó en febrero, en otra reunión con Al Khelaïfi, esta vez en Poissy, ciudad deportiva del PSG, en la que el crack de Bondy comunicó que no seguirá a final de temporada en la capital francesa.
Mbappé sigue los pasos de Ancelotti, rechazando las insistencias de Qatar y todo tipo de presión, para fichar por el Real Madrid. La principal diferencia, que no pequeña, es que el crack de Bondy sí renovó por dos temporadas en el año 2022, por lo que su llegada a la capital española, en el caso de que se consume un acuerdo, se ha postergado dos años. El PSG ya le ha dado por perdido, aunque espera un último gesto, un porcentaje de la prima de fichaje que reciba de los blancos, una compensación económica, para no sufrir un agravio en sus cuentas al perder ‘gratis’ al máximo goleador de su historias.
AS