El campeón arranca los test con más de un segundo de ventaja sobre Norris y Sainz. El Red Bull RB20 da miedo. Alonso, tercero por la mañana y octavo de la jornada.
Hubiera sido bonito mantener la ilusión al menos hasta la clasificación del GP de Bahréin, dentro de una semana, pero no: Verstappen reventó el crono en la primera jornada de test en Sakhir y despertó de las ensoñaciones al resto de los mortales en la parrilla. El Red Bull RB20 será otro prodigio de la fábrica de Milton Keynes. Su aerodinámica lleva al extremo ideas que no se encuentran en casi ningún otro monoplaza. Y el resultado es este: aunque solo sean entrenamientos, los tiempos le brotan desde el primer intento y la ventaja parece insultante. La ventaja sobre Norris (2º, 1.140) y Sainz (3º, 1.240) se fue más allá del segundo. Los tiempos son poco relevantes en unos test, solía decirse, pero las sensaciones casi nunca engañan.
El arranque de los test de pretemporada fue limpio, sin apenas averías (solo Albon provocó una bandera amarilla) ni incidentes (apenas una pieza de Stroll suelta que Hulkenberg convirtió en virutas de fibra de carbono al pasar por encima). No hubo interrupciones en los rodajes y eso permitió que el contador de vueltas se estirase También en eso Verstappen lideró (143), si bien solo él y Russell (122) pilotaron durante las ocho horas de test. El resto se repartió el día con el compañero de equipo en unos test escasos que ya piden a gritos dos coches por escudería.
Alonso fue tercero por la mañana
Alonso estrenó el Aston Martin por la mañana y se bajó del coche con el tercer mejor registro por detrás de Max y Leclerc. Fue todo bien, dentro de lo habitual. La fiabilidad no fue un problema, que es lo más importante en esta fase de la campaña. Las condiciones matinales son peores porque hace más calor, si bien esta semana el sol no pega tan fuerte en Sakhir. Sí fue un problema el viento, que impidió afinar los reglajes con rachas fuertes cambiantes. Habrá que esperar al menos un día más para extraer conclusiones del AMR24. Por tarde, con la mejoría lógica del asfalto, el tiempo del asturiano le dejó octavo. Se asomaron finalmente por delante Ricciardo, cuarto con un ‘Toro Rosso’ sugerente; y Gasly con el Alpine; pero no Mercedes.
McLaren y Ferrari sí estuvieron arriba con cierta comodidad. Norris y Sainz casi se calcaron los tiempos en esa persecución fantasma a Verstappen que nunca existió. El madrileño sonaba positivo por la radio, aunque el trabajo en el SF-24 incluyó variaciones de ‘set-up’ que impiden leer las prestaciones reales del monoplaza. En cualquier caso, mismas precauciones: los equipos trabajan programas independientes y no se puede comparar ni cuando ruedan a la misma hora del día. Con un asterisco bien grande: casi siempre hacen todos lo mismo, y casi siempre se termina pareciendo mucho a la primera parrilla de la temporada.
AS