Silvio Velo, el mejor futbolista argentino ciego y bicampeón mundial con Los Murciélagos, siempre tuvo una vida sumamente activa. Su discapacidad visual jamás resultó una barrera y durante los años fue superando desafíos logrando destacarse. Y no para, ahora empezó a practicar tenis y relanzó su pelota para fútbol para ciegos.
De pequeño, como parte de una familia humilde, no sobraban los lujos para Silvio. Y aunque carecía de vista, se animaba a prenderse en los picados con sus hermanos y sus vecinos, demostrando su fuerza de voluntad y su capacidad para dar pelea. La economía no le permitía ser dueño de una pelota de cuero, en cambio utilizaba una sencilla de trapo por aquella época.
Con el tiempo, triunfó en fútbol para ciegos, se coronó campeón en los Mundiales de Brasil 2002 y Argentina 2006, en cinco oportunidades fue elegido el mejor del mundo y bautizado como el Maradona y luego el Messi del fútbol para ciegos, y se convirtió en el primer argentino en jugar en un club europeo.
También se animó a escalar el Aconcagua, participar en un reality televisivo, escribir un libro contando su historia de vida y ofreciendo consejos y mientras, a los 51 años, continúa brillando en las canchas brinda charlas sobre actitud, liderazgo, trabajo en equipo, resiliencia y perseverancia. Ah, y por estas horas arrancó con otro deporte, el tenis. “Estoy arrancando, entrenando, la verdad que me gusta. Parece aburrido, pero cuando lo jugas es divertido y competitivo”, le dice Velo a IAM Noticias.
En estos días, Velo, nacido en San Pedro, se dio otro gusto: relanzó su propia pelota de fútbol para ciegos. Este balón, utilizado en las competencias de no videntes, se caracteriza por tener un cascabel en su interior que es utilizado como guía para que los jugadores sepan por donde rueda.
Ramiro Fabris, uno de los propietarios de Europaris, una empresa nacional fabricante de pelotas profesionales, encontró en Velo un ejemplo inspirador después de leer su libro “Cuando hay voluntad, hay mil maneras” y quedó cautivado por la historia. Quiso conocer a Velo y ahí comenzaron las charlas para hacer un modelo profesional para ciegos que llevara su nombre. Y su número, el 5.
La pelota Euro Silvio Velo es una realidad. “Es algo hermoso, soñado. Yo dormía con una pelota y ahora tengo la mía. Es como cerrar un círculo. A veces llego a una cancha y están jugando con mi pelota. Es muy loco todo. Y muy lindo”, afirma Velo.