España conquista la Nations League tras ganar a Francia en la final. Segundo título en seis meses. Aitana y Mariona, goleadoras. La Cartuja fue una fiesta.
Como una poesía escrita por el mismísimo Gustavo Adolfo Bécquer, España conquistó la Nations League sin una línea sin rima, sin un verso sin cerrar. Bonito, romántico. A lo que nos ha acostumbrado La Roja. La Selección es la reina del mundo, y también de Europa. Las chicas de oro refrendaron el hito del Mundial. Ya no hay dudas. Con un juego espléndido y con los goles de Aitana y Mariona, España conquistó el primer título en la historia de la Nations.
La Selección jugaba en casa y eso cuenta. Hubo instantes emotivos antes del choque. Primero con la histórica Virginia Torrecilla portando el trofeo; luego con la abuela de Olga Carmona llevando al centro del campo el balón. Fue un plus. En el Día de Andalucía, La Cartuja estuvo repleta de banderas rojigualdas. El público sevillano dijo su última palabra tras haber sido fundamental también en las semifinales. Un chute de energía. Era otra final, pero a diferencia de la del Mundial se jugaba en casa. Qué mejor regalo para las campeonas del mundo. Había que salir a por todas. Conquistar la Nations estaba en su mano.
El equipo elegido por Montse Tomé fue el mismo que había logrado hacer historia metiendo a España en sus primeros Juegos Olímpicos. Fueron las mismas 11 las que saltaron al césped, pero las 25 estuvieron juntas en el grito de guerra desde la banda. Sonó como nunca. Esta Selección no se cansa de competir. Este viaje que antes parecía un sueño no tiene fin.
Con galones saltó la Selección a la final. Mentalizadas, con el centro del campo muy junto, dominando y con Salma buscando la ocasión de sorprender desde el minuto uno. Tocaba tanto La Roja que los pases atrás los intentó aprovechar Francia para rascar alguna contra. Geyoro, Le Sommer y compañía esperaban con el pie puesto en el acelerador. Pero España era mejor. Aitana, Jenni, Mariona, Athenea e incluso Aleixandri fluían como cuando jugaban de pequeñas en el patio del colegio. En una jugada marca de la casa de Mariona por la izquierda estuvo Salma a punto de rematar al fondo de la red. España avisaba.
Las ‘bleus’ optaron por ser cautas y esperar. Diani era la única que se lanzaba al ataque, aunque en solitario. El público ayudó a que España despertara de cualquier despiste. No había tiempo que perder. Un título estaba en juego. Una de las activadoras fue Athenea, siempre a mil revoluciones. Eso, mezclado con el tran-trán de Mariona, provocó un córner que cabeceó Irene al poste. Otro aviso.
Y, cuando más se la necesitaba, Aitana sacó su brújula. Tocó y tocó en el centro del campo. Activó su zona para ayudar en ataque. Así, la Balón de Oro logró romper las tablas adentrándose en el área y empujando el esférico tras un centro brillante de Olga Carmona. La sevillana, incansable, ya lo había intentado antes y sabía que jugando en casa la recompensa iba a llegar. Es jugadora de partidos grandes la del Madrid. Como Jenni, con la que se combinó de lujo por la banda izquierda.
Renard quiso empezar una ‘revolución francesa’. Le Sommer y compañía comenzaron a hacer daño y estuvieron más guerreras que en los 45 minutos anteriores. España estuvo lista y no entró en su juego. Más bien lo contrario. Volvió a adueñarse del balón y en una de esas Athenea desplegó su librillo para poner el balón en el área y permitir a Mariona rematar a placer. El segundo gol de España, un golpe de autoridad junto cuando más lo necesitaba.
La Roja redondea una etapa gloriosa en su historia con dos títulos en seis meses. De ser la eterna aspirante ha pasado a no tener rival en el mundo ni en Europa. Estas 25 jugonas volvieron a demostrar que practican un fútbol único. Que se merecen esto y mucho más. Que todo por lo que han luchado les lleva hoy a tocar el cielo con las manos. Que son la generación de oro del fútbol español, el orgullo de un país. Que sus nombres ya están escritos para la eternidad con letras de oro y brillantes. Nunca lo olvidaremos.