Letal cuando está concentrado, el equipo rojiblanco se vuelve vulnerable sin tensión. Ocurrió recientemente ante el Almería y el Barça. El Cholo lo trabaja.
La lección que el Almería le dejó al Atlético en el cuerpo fue la misma que la semana anterior le había dejado el Barça: con tensión es un equipo letal, sin ella es terriblemente endeble, cualquiera le puede ganar. Los dos últimos partidos son un toque de atención para los del Cholo. En Montjuïc fue la primera parte, en la que el Atlético salió atemorizado y el Barcelona le pasó por encima. En la segunda parte, que comenzó con tres cambios (Azpilicueta, Lino y Correa) volvió a ser el Atlético, concentrado y con hambre. Ante el Almería fue al revés. Comenzó bien y, tras marcar dos goles en cinco minutos, se relajó. El Almería, colista, con solo cuatro puntos conseguidos en 16 jornadas y ninguna victoria, acarició de veras el empate.
Simeone lo sabe. Y le inquieta. “Toca trabajar en los minutos que el equipo sacó el pie del acelerador”, interpeló el entrenador en la rueda de prensa posterior al Atlético-Almería. Cuando lo saca. El pie. Y se vuelve terriblemente vulnerable. Tan débil y fácil. Tres partidos ha perdido esta 2023-24. Uno fue el de Montjuïc. En los otros dos, ante Las Palmas (2-1) y ante el Valencia (3-0), la historia se repitió. El Atlético salió relajado y, claro, le pasaron por encima.
Defendiendo el fortín del Metropolitano
Inabordable en su estadio (en el Metropolitano enlaza 19 victorias seguidas, 17 en Liga y dos en Champions, a una de su mejor racha histórica, cuando consiguió 20 seguidas entre mayo de 2012 y febrero de 2013 en el Vicente Calderón), las tres veces que esta temporada perdió tienen otro denominador común además de la falta de tensión: que los del Cholo los han jugado fuera de casa. Montjuïc, Gran Canaria y Mestalla. Lo que le viene a este Atlético en pre-aviso son dos salidas complicadas: San Mamés este sábado 16 y Montilivi, el miércoles 3 de enero, dos estadios en lo que va de Liga solo ha logrado ganar el Real Madrid. El de Montilivi ante el Girona de Michel, líder en estos momentos de la competición, será el partido que cierre la primera vuelta de esta Liga. Ahí los del Cholo ya habrán igualado su número de partidos con el resto de rivales, ya que su partido aplazado de la 3ª jornada ante el Sevilla por la alerta de DANA de la Agencia Estatal de Metereología (AEMET) con peligro de inundaciones en Madrid el día y a la hora a la que se iba a disputar ese partido (3 de septiembre) lo retrasó a final de año, al 23 de diciembre con el que los rojiblancos cerrarán 2023.
“Los partidos contra el Atlético siempre son de tensión”, definía Emery hace un año antes de enfrentarse a los rojiblancos. Una tensión que es seña de identidad cholista. Cuando falta debe sujetar Oblak, como hizo ante el Almería con paradas claves ante Arribas y Embarba. En su temporada, sin embargo, un debe: al Atleti le cuesta dejar su portería a cero. En 14 encuentros de 20 tuvo que recoger alguna vez el balón de su red. Los partidos que vienen, cuatro en dos semanas, tres en casa, dirimirán a qué aspira este equipo. Pero Simeone sabe. Con tensión. Si no, no hay nada.
AS