Diciembre de 2022 y puntualmente el domingo 18 fueron, seguramente, el mes y el día más felices de toda la historia de la República Argentina. Al influjo de una pelota de fútbol, un grupo de descollantes futbolistas y un sobresaliente cuerpo técnico, todo un país, unido y sin grietas, encontró felicidad y alegría. Desde el lejano y exótico Qatar llegaban motivos para alimentar el orgullo por los colores celeste y blanco y para fomentar un auténtica unidad nacional.
Por estos días se proyectan en los cines de todo país dos películas que recuerdan esta hazaña ocurrida hace un año: Elijo creer y Muchachos, la película de la gente. Ambas son fundamentalmente documentales, aunque acompañadas por condimentos especiales que le dan un toque distintivo.
No hay problema en spoilearlas: el final es feliz, muy feliz, y gana el bueno, el muy bueno. Todos salen contentos, y hasta con los ojos vidriosos, del cine.
Los títulos son un reflejo de aquel diciembre: los hinchas argentinos elegíamos creer buscando cualquier coincidencia, señal o casualidad del pasado para presagiar una vuelta olímpica en el estadio Lusail. Y Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar fue un pegadizo hit repetido y cantado hasta el cansancio durante todo el mes.
Otra coincidencia son los narradores, dos actores top de nuestro país, que le ponen voz y contexto a las narraciones, cada uno con su clásica impronta: Ricardo Darín, en Elijo creer, y Guillermo Francella, en Muchachos. Esta vez no se lucen por sus actuaciones, sino por sus relatos.
De las dos películas, Elijo creer, producida con el aval oficial de la AFA, encuadra más en la categoría de documental. Repasa los momentos claves de los siete partidos, con las imágenes vistas por televisión, y le suma los testimonios exclusivos de varias de las figuras: Lionel Messi, Emiliano Dibu Martínez, Angel Di María, Rodrigo De Paul, Enzo Fernández, Gonzalo Montiel, Julián Álvarez, Nicolas Otamendi, Leonel Scaloni y del presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia.
En Muchachos, la película de la gente, también se reproducen los goles, las atajadas, los festejos, las preocupaciones acontecidas dentro de las canchas. Y se le suma un perfecto trabajo de edición con las reacciones, partido a partido, de los hinchas argentinos, los que sufrieron y gozaron en las tribunas de Qatar y los que reunidos con familia o amigos en Argentina evidenciaron sufrimiento y goce mirando los partidos por televisión.
Abundan las puteadas, pero todas calzan perfecto. No son sólo meras malas palabras, sino que interpretan un sentimiento puntual y tienen esa expresión exacta que surge de adentro en determinado momento de un partido de fútbol. Sobre todo si es un Mundial y si Argentina está involucrada.
La inconfundible voz de Francella aporta ingenio, ironía y chispa, intercalado con los silencios, frases y primeros planos de los protagonistas.
Primero, dos excelentes propuestas para recordar ese dichoso diciembre del 2022, y sobre todo el esplendoroso domingo 18, y emocionarse. Y segundo… Francia.