Girona venció a Barcelona 4-2, en el estadio Olímpico de Montjuic, por la decimosexta fecha de La Liga y ratificó su gran presente. Con esta resonante victoria, el modesto Girona suma 41 puntos y está por encima de los dos gigantes: Real Madrid (empató con Betis 1-1), que tiene 39, y Barcelona, que quedó con 34, igual que Atlético de Madrid.
En un partidazo, Barcelona intentó hacer prevalecer su poderío, individual y colectiva, y Girona expuso los argumentos con que sostiene este gran arranque de temporada, fue práctico, ordenado, solidario y mostró personalidad. Sin nombres rutilantes, todos colaboran para el armado, la elaboración y la concreción.
Apretaba el equipo culé, cuando con un certero contragolpe Girona -con el argentino Paulo Gazzaniga en el arco- protagonizado por una veloz carrera y centro-asistencia al medio del ucraniano Viktor Tsygankov a su compatriota Artem Dovbyk festejó a los 12 minutos.
Siete minutos después, un corner ejecutado por Raphinha se conectó con el perfecto salto y cabezazo de Robert Lewandowski para igualar el resultado.
Un golazo de Miguel Gutiérrez, gambeteando, controlando y sacando un zurdazo al ángulo volvió a adelantar al sorprendente puntero del campeonato de España, a los 40 minutos.
Se prolongó la intensidad, las llegadas y el buen nivel en el segundo tiempo. Una definición de Valery Fernández, a los 35 minutos, puso 3 a 1 al visitante y parecía sentenciar el partido.
Sin embargo, el tiempo adicionado trajo más emociones. Descontó İlkay Gündogan, que ya había tenido otras ocasiones, con un soberbio zurdazo, en el minuto 92. Y el uruguayo Christian Stuani, que había ingresado poco antes, empujo un centro para sellar la victoria de un Girona que no quiere interrumpir su ilusión.