Caos total en La Roja

El desbarajuste en el cambio al descanso que dejó a España con 10 y le costó un gol se unió a los graves problemas defensivos ante Italia. No hubo reacción desde el banquillo.

Lo que pasó el viernes en el estadio Municipal de Pasarón quedará para siempre grabado en la historia. Uno, porque fue la primera derrota de la Selección tras el campeonato del mundo. Y dos, porque se produjo un desbarajuste que le costó muy caro al equipo.

Este caos vino tras el descanso. El equipo se fue al túnel de vestuarios y tras la charla pertinente -en ella hablaron de que había perdido Suecia y que ya estaban clasificadas para la Final Four- volvió al césped sin dos jugadoras. Athenea del Castillo y Aitana Bonmatí eran cambiadas. Pero las que no sabían que tenían que salir en su lugar eran Lucía García y Esther. La delantera del United saltó in-extremis, tanto que mientras Italia marcó el gol del empate ella se estaba atando los cordones.

En el caso de la andaluza fue peor, ya que en ese momento del tanto italiano le estaban todavía colocando en la banda el GPS que mide los kilómetros recorridos. La del Gotham pisó el césped para sacar de centro del campo. España estaba out, no hubo una comunicación entre el staff y las jugadoras. “Aitana nos avisó tarde y no tuvimos tiempo…”, fue la versión de Montse.

Muy diferente la de Athenea, una de las implicadas: “Llegamos al vestuario y nos comunican los cambios. No he sido consciente de nada, me quedé en la ducha. Es un fallo grave, estas cosas no pueden suceder”, afirmó tras enterarse en directo en El Larguero sobre lo ocurrido. Tere fue en la misma línea. “Perdonadme, no he sido consciente de lo ocurrido”.

No es algo aislado. Algo parecido pasó en la última ventana de octubre. También hubo desorganización con la lista de convocadas lanzada a UEFA para el choque ante Suiza. Por equivocación, se coló la del anterior partido ante Italia e Irene Paredes, que no había entrado por lesión, se quedó sin poder saltar al césped en Zúrich.

Sin reacción

Más allá del tema estructural, en lo deportivo también hubo errores ante Italia en Pontevedra. España tenía el partido controlado y ganaba, pero tras el desbarajuste todo se torció. La defensa falló y no hubo reacción del resto. Centro del campo inexistente, pérdida de fluidez sin Aitana y de profundidad sin Athenea.

Lucía no dio resultado. Esther lo intentaba, pero estaba sola. El tercer cambio de Irene por Ivana no tuvo sentido, cuando se necesitaba activar de nuevo a La Roja de medio campo para arriba. Y hasta ahí la actuación desde el banquillo, mientras España recibía un baño de las italianas. Más concretamente, tres goles en 18 minutos. Ni en los últimos minutos, que La Roja apretó y pudo acercarse al empate, hubo reacción técnica.

La Selección deja Galicia con malas sensaciones. Por suerte, tiene cerrado su billete a la Final Four y el choque ante Suecia del martes será un mero trámite. Tiene margen de error y puede lograr sofocar este incendio para cerrar el año como se espera, de nuevo en la senda de la victoria y la calma.

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