El malagueño está respondiendo en las escasas oportunidades de las que dispone. “La idea es darle más minutos”, reconoce Ancelotti.
“Es uno de los jugadores afectados de este inicio de temporada. Cada vez que ha jugado ha aportado y la idea es darle más minutos”. No le faltaba razón a Ancelotti, preguntado por Brahim tras la victoria ante el Union Berlin. Bellingham fue el encargado de apretar el botón de la victoria y en la foto, a su lado, aparecía el malagueño con el rifle cargado. Un Brahim que saltó al campo en el 81′ y tuvo tiempo de dejar destellos, desborde y de articular un gran contragolpe junto a Valverde que instaló el runrún en la grada. Tónica habitual en el 21 que, como reconoce Carletto, cuando aparece, responde. El problema, que no lo hace con asiduidad. Ahora que la Champions entra en juego y el calendario se comprime, Brahim pide paso.
Hasta el momento, sin contar los descuentos, Brahim ha disputado 28 minutos (sin contar los descuentos) y ha sabido exprimirlos. Siempre suele regalar alguna conducción con colmillo, como una jugada ante la Real Sociedad en la que dejó a Bellingham en posición franca y sólo los reflejos de Remiro evitaron el gol. O su eficiente actuación ante el Getafe en la fecha anterior, donde no falló ningún pase, ganó cuatro duelos y provocó dos faltas. Partido tras el club, con una sonrisa, compartió sus impresiones en zona mixta: “El equipo estaba bien y aporté mi granito de arena, nada más. Ancelotti, después, estaba contento. Me dice que aproveche cada minuto”. Y en ello está, aunque el premio aparezca a cuentagotas.
Baremo estadístico
Hasta ahora, Brahim ha aparecido en tramos finales, momentos alborotados donde su dinamismo luce. Buena muestra es la estadística extrapolada a 90 minutos, pues en términos totales los números apenas tienen,lógicamente, resonancia. El atacante blanco completa 9,6 regates por partido, por delante de los 3,8 de Vinicius y los 2,6 de Rodrygo; entrega 35,4 pases con final en el último tercio del campo, segundo tras Modric (61,4 por 90′); y lidera en ocasiones creadas (9,6, por las 5,8 de Lucas Vázquez y las 5,2 de Kroos) y grandes ocasiones generadas (6,4 por partido completo, por las 1,7 de Lucas y las 0,7 de Modric). Es un baremo inflado que debe entenderse con mesura, pero permite valorar en los aspectos donde el fútbol de Brahim puede ser salvoconducto.
En pretemporada destacó, dejando grandes sensaciones en los entrenamientos y mostró un estupendo entendimiento con Bellingham. Tanto en el campo, como fuera de él, pues se entendieron desde el minuto uno en lo personal. Ancelotti probó en repetidas ocasiones alineaciones donde Jude era el mediapunta y Brahim aparecía como delantero pegado a banda derecha. Una demarcación que se ajusta a su zurda y que le permite orientarse con verticalidad hacia portería. También brilló en amistosos, especialmente en el primero ante su Milan, mezclando a la perfección con el de Stourbridge.
No obstante, a medida que los internacionales adquirieron tono fue perdiendo peso y, llegada la oficialidad, la dinámica se ha mantenido. “Ha mejorado mucho, sigue teniendo calidad, pero es mucho más potente y ha crecido físicamente”, le alabó Ancelotti en la radio de la Serie A, aunque los minutos han sido esquivos para el de Málaga. En sus tres años en San Siro se reivindicó, con el ‘10′ a la espalda y siendo fundamental en los éxitos rossoneri (Scudetto y semifinal de Champions). Pero eso es pasado. Ahora, el reto es el Real Madrid. Un reto enorme. Brahim es consciente y lejos de bajar los brazos, esprinta cada vez ve su 21 en la tablilla electrónica.