Haaland abrió el marcador, pero un error de Walker permitió que el Sheffield United empatase a cinco minutos para el final. Rodrigo ganó el partido con un potente disparo a última hora.
Una tarde frustrante para el Manchester City. Para Pep Guardiola, ausente después de someterse a una operación por unos problemas en la espalda. También para Juanma Lillo, que desde el banquillo vio cómo los celestes erraron ocasión tras ocasión. Hasta que Erling Haaland abrió el marcador sobre la hora de juego. El noruego había marrado un penalti en el primer tiempo, pero encontró consuelo en el segundo. Saltó en el palo largo para ganar a su par y cabecear un centro de Grealish a la red. Apenas lo celebró Haaland, más aliviado que feliz.
Dominaron los mancunianos durante el primer acto, que terminó con los cityzens acumulando el esférico durante el 82% del tiempo. Un dato que no sirvió para ponerse por delante antes del descanso. Pese a la posesión, pese a las sucesivas llegadas a meta rival. El Sheffield United tapó bien las acometidas visitantes. Pelearon y presionaron. También tras el tanto de Haaland. Sin nada que perder, se lanzaron adelante. Kyle Walker, que salió de la cantera Blade, cometió un error tratando se sacar la pelota jugada desde atrás. Los locales combinaron en la frontal hasta que Jayden Bogle marcó con un disparo cruzado.
Primer gol encajado por el Manchester City esta temporada en la Premier League. A los vigentes campeones de Europa les quedaban cinco minutos más el descuento para tratar de sacar los tres puntos de Bramall Lane. Y así ocurrió. Rodrigo, que ganó la Champions con su gol en Estambul, salió al rescate. Salvó al City llegando al área local en el minuto 88. Desde atrás. Para conectar un potente disparo ante el que nada pudo hacer Wesley Foderingham. Al límite, pero los celestes ganaron por tercera jornada consecutiva y ya suman nueve puntos para ponerse líderes en solitario.