El uruguayo se reencontró con el gol en el último ensayo de la pretemporada y da comienzo este domingo a un nuevo curso en el que aspira a convertirse en uno de los pilares del Castilla.
Año nuevo, vida nueva. Con ese refrán de marras en mente se dispone Álvaro Rodríguez a abrir el telón de la nueva temporada. Un nuevo curso un tanto extraño para el uruguayo, que en el pasado mes de febrero llegó a verse ya con los mayores de forma definitiva. “La próxima temporada estará en la primera plantilla”. Lo anunció a voz en grito Ancelotti tras su gol en el derbi liguero ante el Atlético, pero ese momento ya ha llegado y su realidad, por contra, sigue siendo el Castilla. Un paso atrás para dar dos hacia delante. Con ese leitmotiv ha completado la preparación veraniega el Toro, que el domingo pasado se estrenó como goleador tras casi cuatro meses sin ver puerta. Su último gol databa del 30 de abril (en la goleada 2-7 al Talavera), y en la última prueba antes de Melilla, volvió a celebrar. Marcó el tercer y último tanto del 3-0 endosado al Rayo Majadahonda.
Un refuerzo más que positivo para el gerundense, a quien la sequía veraniega empezaba a pesar. No jugó en tres de los seis primeros ensayos de pretemporada de los de Raúl (ante Leganés, Lugo y Racing de Ferrol), y en los otros tres restantes, las continuas rotaciones y la falta de acierto no le habían permitido estrenar su casillero. Finalmente lo hizo y encara el estreno de mañana ante el Melilla (20:30 h) con energías renovadas.
El 9 del filial comenzó la pretemporada participando con asiduidad en los entrenamientos del primer equipo. Ante la ausencia de buena parte de los internacionales (Camavinga y Modric se incorporaron a orillas del viaje a Los Ángeles, mientras que Rodrygo, Vinicius, Militão, Alaba, Rüdiger y Courtois lo hicieron ya en suelo americano), Ancelotti le reclutó para completar las sesiones en la primera semana de trabajo. Sin embargo, a la hora de la verdad, optó por no contar con él. Únicamente Nico Paz, además de los porteros Diego Piñeiro y Fran González, viajaron a Estados Unidos con la primera plantilla.
Al delantero charrúa le pasó factura un tramo final de temporada en el que perdió su estrella. Tras haber dejado minutos de calidad en El Sadar y empatar, una semana después, el mencionado derbi de Liga ante el Atlético, se le fundió el gol. Sólo metió dos desde ese momento hasta final de curso, y ambos en partidos con el Castilla (frente a San Sebastián de los Reyes y Talavera).
Decidido a demostrar en Valdebebas
La decisión de Carletto este veranodejó clara a Álvaro su nueva realidad, pero el uruguayo lo aceptó con naturalidad y buen semblante. En ningún momento se le había comunicado que iría citado a América y él es consciente de que su lugar, al menos de momento, sigue estando en el Castilla. Pese al interés de varios equipos de Primera y otros tantos de Segunda, el Toro ha optado por dar continuidad a su crecimiento en Valdebebas.El Espanyol mostró un gran interés en él, pero el futbolista declinó la oferta ante la posibilidad de volver a entrar en la ‘rueda’ de Ancelotti a lo largo del curso. Es consciente de que la temporada es larga y de que la ausencia de un delantero de campanillas en la plantilla le ofrece un resquicio.
La llegada de Joselu este verano, un perfil similar al suyo, no le beneficia, pero Álvaro ya demostró la pasada campaña que puede rendir al máximo nivel. Por el momento, su objetivo es ser referente de un Castilla en pleno proceso de reconstrucción. Para Raúl es indiscutible, y ya sin ninguno de los tres pesos pesados de la 2022-23 en el equipo (Arribas y Dotor se marcharon traspasados a Almería y Celta, mientras que Rafa Marín también salió, pero como cedido, al Alavés), deberá ejercer de líder. A su lado, un socio como Nico Paz que le hará la vida más fácil. De él se debe servir para dar rienda suelta a su capacidad anotadora. El Toro prepara sus cartuchos.
AS