El centrocampista es el favorito para suplir a Busquets y regresaría a ‘casa’ 12 años después. Estuvo en el club culé de 2004 a 2011. Compartió vestuario con Xavi y es un apasionado de la lectura y la filosofía. Ha escrito un libro: “una temporada inolvidable: el viaje interior de un futbolista”
Oriol Romeu (24-09-1991, Ulldecona) fue, el pasado verano, la guinda del proyecto del Girona en la temporada del regreso a Primera y durante la actual ventana de mercado podría ser una de las ventas que permita crecer al club rojiblanco. La dirección deportiva siempre ha proclamado que para seguir al alza toca vender a futbolistas y Oriol Romeu está en el escaparate. El Barcelona le pretende y se ha ganado a pulso ser el favorito para suplir a Sergio Busquets. Rebosa calidad y experiencia y, con 31 años, todavía tiene mucho fútbol que dar. Es cierto que tiene contrato hasta 2025, pero su cláusula (poco más de cinco millones de euros) no sería un problema. Además, si quiere salir lo hará. El Girona le pidió un esfuerzo el pasado verano para firmarle procedente del Southampton y Romeu no dudó en ayudar. Se ha ganado el derecho a decidir.
Es una roca (tal y como se le apoda) y una pieza clave en el esquema de Míchel (el pasado curso disputó 33 partidos y firmó dos goles), pero Oriol Romeu es aficionado del Barça. Y claro, es difícil decir no al equipo del que eres hincha y que, además, te vio crecer. Tras brillar en el fútbol base del Espanyol, el club azulgrana le fichó para el Infantil A. “Entré siendo un niño y salí siendo un hombre”, consideró meses atrás Oriol Romeu cuando se le cuestionó sobre el Barça y es que allí fue quemando etapas desde 2004 a 2011. Logró un ascenso a Segunda, con el filial, de la mano de Luis Enrique (técnico al que idolatra) y en 2011 se marchó traspasado al Chelsea. Eso sí, un año antes, Pep Guardiola le hizo debutar con el primer equipo del Barça en la penúltima jornada de Liga contra el Deportivo. Precisamente ahí también estaba un Xavi, que ahora le reclama.
Pese a ese estreno en Primera con la camiseta azulgrana, nunca acabó de asentarse en el primer equipo. Su techo puede ser considerado el filial y ahora, 12 años después y tras adquirir experiencia y éxitos en Chelsea, Valencia, Stuttgart y Southampton, lograría hacerlo de cristal y traspasarlo. Se busca un nuevo Busquets y lo cierto es que Oriol Romeu tiene alguna similitud con él. ¿Cuál? Michel tras empatar (0-0) en el Camp Nou el pasado curso dijo sobre Busquets, al cual pidió su camiseta, que “hace mejor a todo aquel que le rodea”. Frase que recuerda a la que ha pronunciado muchas veces, la última vez en la revista Panenka, cuando se le pregunta sobre la importancia de Oriol Romeu en el Girona: “Es el jugador, quizás junto a Mikel Rico, que más ha entendido qué es lo que quiero. Llega a todo, me lo equilibra todo y alrededor de él tengo que formar la estructura”. Perder a Oriol Romeu sería un golpe moral para el conjunto rojiblanco, pero un empujón a nivel económico.
Juan Mata, su ‘maestro’ de literatura
Oriol Romeu devora fútbol, pero tiene más pasiones al margen del balón. Juan Mata, con quien coincidió en el Chelsea, le inculcó el gusto por las letras, la lectura, y hace muchos años que incorporó a su rutina semanal escribir textos y leer. “Me gusta mucho. La lectura me cambió la vida y es una parte fundamental de mi día a día”, comentó. Se trata de un futbolista inquieto y su gusto por la lectura y la escritura le llevó a, durante el confinamiento por culpa de la Covid-19, escribir un libro. Y tras 11 meses de trabajo, en 2021, vio la luz ‘una temporada inolvidable: el viaje interior de un futbolista’. Este es el nombre de su libro, que precisamente cuenta con el prólogo de Juan Mata. No es extraño verle en los viajes del equipo y durante las concentraciones pegado a un libro y algunas obras que ha ido recomendando son ‘el cuaderno gris’ de Josep Pla e ‘Invicto: logra más, sufre menos’ de Marcos Vázquez. Pero hay algo más a lo que dedica su tiempo libre. Y tiene que ver con lo relacionado con la psicología y la filosofía, como el estoicismo.
AS