“Quien hace lo que puede, no está obligado a más”, dijo pesimista en Sant Jaume. El presidente no viajó a Japón para hacer el último esfuerzo por el argentino.
Mientras los 23 jugadores convocados para el partido contra el Vissel Kobe volaban a Tokio con el vicepresidente deportivo, Rafa Yuste, a la cabeza, Mateu Alemany, que había estado en Balaídos, regresaba a Barcelona. Allí le espera Joan Laporta, que voló desde Eindhoven, celebró la Champions del primer equipo femenino y, a partir de ahora, se tendrá que poner al frente de las operaciones para planificar la próxima temporada.
Messi va antes que cualquier cosa en la planificación, pero el Barça es muy pesimista. El jugador quiere tomar ya una decisión y el club azulgrana no está en condiciones aún de asegurarle al argentino que será inscrito porque tiene demasiadas carpetas encima de la mesa. Habitualmente optimista, Laporta mostró su perfil más bajo en Sant Jaume. “Está muy difícil. Quien hace lo que puede, no está obligado a más”, dijo este domingo. Sus declaraciones fueron en la misma línea que las de Mateu Alemany. “Cuando se resuelva el tema Messi, daremos las explicaciones que correspondan”, dijo el director de fútbol en Vigo.
El Barça deja caer que LaLiga no le ha dado ningún margen de maniobra para intentar comprometer a Messi, que no está dispuesto a vivir la misma situación de incertidumbre que en 2021, cuando voló desde Ibiza a Barcelona para estampar la firma en su nuevo contrato y se encontró a Laporta dándole largas y excusándose porque no cabía en el límite salarial.
A finales de la semana pasada, el club deslizó que todavía tenía la esperanza de convencer a Messi y que el argentino no tomaría ninguna decisión definitiva hasta reunirse por última vez con el Barça. Pero entonces ya tenía la sospecha de que la presión desde Arabia Saudí y desde el mismo entorno de Messi sería difícil de controlar. En el Al Hilal esperan anunciar el fichaje de Messi este martes. Laporta, especialista en situaciones desesperadas, intenta salvar el fichaje. Pero hasta él mismo parece haber perdido la fe. Desde Japón, Xavi, quien más en contacto está con Messi, será el primero en saberlo por las dos partes.