“Nuestro Mundial, una historia íntima de cómo nos volvimos a enamorar de la selección argentina”, libro escrito por el periodista deportivo Andrés Burgo se suma a la producción literaria desatada tras la festejada conquista en el último Mundial FIFA.
Se trata de una crónica pasional sobre cómo se vivió Qatar 2022 en Argentina: el Mundial que se jugó en el país asiático pero también, o sobre todo, se sufrió y festejó acá, en Argentina. Un ensayo sobre por qué esta vez, con la Selección comandada por Scaloni y capitaneada por Messi, el fútbol sacudió a todos; futboleros y no futboleros, y cómo legó a las nuevas generaciones un relato épico propio. También, un testimonio de la abrumadora imagen de los cinco millones que el 20 de diciembre salieron a las calles de todo el país a compartir su felicidad.
Si el fútbol siempre exagera la vida y los Mundiales exageran el fútbol, Qatar exageró la vida y el fútbol. ¿Cuántos sintieron -como dijo Messi- que diciembre de 2022 fue el Mes de Nuestras Vidas? Esta Copa del Mundo nos sacudió a todos y a todas, a los futboleros de ley y a los que se suman cada cuatro años, pero en particular a las nuevas generaciones, desde los más pibes a los de 30, que primero agotaron las figuritas y luego tuvieron, por fin, su propia leyenda, su propia épica, su propio héroe.
“Fue un Mundial del que cada uno guardará un recuerdo personal, único. No solo las imágenes lacradas en eternidad -Messi y la Copa, el baile del Dibu, “qué mirá’ bobo, andá p’allá”– sino, y especialmente, una postal íntima: la de dónde y con quiénes lo sufrimos y lo festejamos. Una foto de los días en que el tiempo quedó suspendido y millones nos enajenamos por la Scaloneta y salimos a la calle en un escenario que fue también atípico, al borde del verano, en un mes que nuestra historia asocia a situaciones mucho menos felices”, explica el autor.
No se trata de un libro de análisis deportivo sino una crónica pasional sobre el evento que convocó y unió a los argentinos como pocas veces. Que reconstruye la relación de los hinchas con la Selección, pero que por encima de todo deja testimonio del delirio compartido con amigos y de los abrazos entre padres, madres, hijos e hijas y hermanos.
Un Mundial donde, según afirma Burgos, “volvimos a ser hinchas del Club Atlético Selección Argentina”.