Tras los nubarrones en la primera fase del Paulistao, el ariete acumula tres goles en cuatro partidos y confirma su idilio con el Brasileirao: promedia un tanto cada 79 minutos desde su debut el año pasado.
En la escalada de un futbolista a la élite hay un sinfín de aristas por pulir. La permuta de promesa a crack planetario es una lucha constante contra el peso de la expectativa. Batalla de la que no todos los jóvenes talentos que la libran salen vencedores. Endrick Felipe Moreira, inmerso en ese proceso, ya ha salido de las trincheras. Ya no es el jugador por el que beben los vientos todos los grandes de Europa antes incluso de debutar con el primer equipo de Palmeiras. El Real Madrid ya ha invertido 35 millones de euros (más otros 25 en variables) en su fichaje y espera su aterrizaje en verano de 2024 cuando cumpla la mayoría de edad. Abel Ferreira ya le ha entregado galones en el Verdão adulto. Ya ha pasado por su primer barbecho en el fútbol profesional como es una sequía de 12 partidos sin ver puerta cuando el gol siempre había sido su mayor aliado. Y ya ha logrado quitarse los grilletes de la falta de tino con su tanto al Agua Santa en la ida de la final del Paulistao.
Una liberación que ha desatado al Endrick reconocible. El goleador. El que hace historia acumulando hitos siendo todavía un adolescente. En la vuelta contra el Agua Santa también mojó, en un duelo que sirvió para remontar el 2-1 en el Arena Barueri con el 4-0 que sirvió para levantar el título. Tercero como profesional tras la reciente Supercopa brasileña y el Brasileirao de 2022. Y en la primera jornada del de 2023 volvió a gritar gol. Tres en los últimos cuatro partidos y confirma el campeonato brasileño como su jardín. Con los logrados a final de la pasada temporada, el de Brasilia ya suma cuatro tantos (con 13 disparos, ¡11 de ellos a puerta!). En ocho encuentros en la Serie A, en apenas cuatro titularidades y poco más de 300 minutos, promedia un gol cada 79′. A sus 16 años, Endrick traza las primeras líneas de su prometedora carrera y su mayor aliada, más allá de esa alianza con la portería rival, es su fortaleza mental. La misma que le ha permitido salir de su primer túnel como profesional.
“Tiene que crecer, tiene que reír. Pasan de ser muy buenos a ser muy malos. Hoy es muy bueno, mañana no marca y ya no lo es. Así no funciona el fútbol”, razonaba Abel Ferreira ante las recurrentes preguntas en sala de prensa acerca de la evolución del futuro delantero del Madrid. El técnico portugués está siendo una figura clave en el desarrollo del futbolista y trata de crear un escudo protector para que su pupilo no se deje llevar por la precipitación. El contexto es fundamental. Como también lo es la propia personalidad del protagonista. Y ahí, la edad de Endrick no es la de un adolescente. “Es muy capaz de manejar bien las emociones, las sensaciones. Es un jugador muy equilibrado mentalmente”, analizaba en AS Paulo Victor, su entrenador en Palmeiras Sub-20 cuando explotó mediáticamente hace poco más de un año.
“Yo no pedí esto”
Quienes le rodean destacan que su mejor arma es su madurez, impropia en alguien al que todo le ha llegado a toda velocidad. El éxito, pero también la cara agria de los focos. “Nadie deberían sentir lástima por mí o darme palmaditas en la cabeza. A veces me pregunto: ¿por qué me pusieron el foco tantos medios? Yo no pedí esto. Hay situaciones que cruzan la línea. ‘Ah, es el nuevo Pelé’. Hombre, nadie va a ser Pelé, es el rey del fútbol. Pero ahora no hay nada que hacer, no puedo pedirle a la gente que no hable de mi vida.Siempre habrá gente para atacarme”, se sinceró recientemente en un reportaje en GQ Brasil. En él, Endrick expone un razonamiento veterano, reposado y sincero. Pone sobre la mesa su otra cara, la persona que se esconde bajo la coraza de futbolista. Y a pesar del amargor de algunas de las palabras, su horizonte lo tiene claro: “El fútbol es lo que quiero para mi vida. Necesito seguir trabajando, que es lo que me pide Abel Ferreira. Soy igual de adulto que el resto de mis compañeros de equipo”. Sin excusas.
Y se reafirmó: “No me molesta no marcar goles, porque sé que las cosas mejorarán de forma natural. Sólo necesito mantener mi mente fuerte”. En lugar de cerrarse para que el ogro de la presión le devore, Endrick asumió que su técnico le relegase al banquillo tras ser titular al comienzo de la temporada (en Brasil son años naturales, de enero a diciembre). La intención era que un paso atrás se convirtiera en dos adelante. Como así ha sido. Y el de Brasiliapuso de su parte para acortar plazos y que esa doble zancada llegase cuanto antes. “Acudió a mí después de ver la mejora en el rendimiento de sus compañeros de club”, explicaba Jacó, su nuevo entrenador personal, a este periódico. Endrick, a pesar de tener un “físico impresionante para su edad”, como reconoce un Jacó que combatió en MMA entre 2011 y 2016, quiere más. Y la lucha, la cual utiliza además para desconectar además de para mejorar físicamente, puede dárselo. “Con la lucha se mejora la fuerza, la resistencia física, la agilidad y la coordinación motora, el equilibrio, la flexibilidad, la concentración, el control de las emociones, la autoestima…”, resume su preparador.
Respaldo
Endrick se ha apoyado en su otra cara, en su esfuerzo entre bambalinas y su robustez anímica, para dar los pasos en la dirección correcta. Desde Palmeiras, el respaldo siempre ha sido total. Antes de que comenzase la temporada se trazó un plan milimétrico, con charlas continuas con Abel Ferreira, para que en estos primeros meses con el foco encima calentase lo menos posible. La sequía de 12 partidos sin ver puerta no supuso cambio alguno en términos de confianza del club respecto al potencial de Endrick. Ni tampoco en lo referente al mimo con el que se trata al todavía juvenil.
Si en enero se pidió a la CBF que se retirase al delantero de la convocatoria de Brasil para el Sudamericano Sub-20 y así pudiera asentarse en la dinámica del primer equipo, con la última lista de Ramón Menezes se repitió operación. Endrick fue seleccionado para tres amistosos con la verdeamarelha sub-20 entre el 15 y el 27 de abril, curiosamente en España (Jerez), y nuevamente Palmeiras pidió su exclusión para que Abel Ferreira pueda contar con él en los coletazos iniciales de la Libertadores, de la Copa, de la Serie A y la vuelta de la final del Paulistao. Además, otra muestra de ese respaldo es su nuevo dorsal. Del ‘16′ al ‘9′ que ya luce. La confianza en Endrick es total y Palmeiras ya está beneficiando en forma de goles.
AS