El Inter sale de las sombras en Da Luz

Después de 37 días sin ganar, el equipo de Inzaghi se impuso al Benfica en la ida de los cuartos de final gracias a los goles de Barella y Lukaku

EI Inter llegaba a los cuartos de final de la Champions escondido entre las sombras y sale de Da Luz con más brillo que el propio nombre del estadio. Tras una primera parte aburrida en la que supo aguantar el tipo, el equipo de Inzaghi demostró tener más tablas que un Benfica que no había perdido en su casa ni con el PSG y que se vino abajo tras el descanso por culpa de los goles de Barella y Lukaku y las paradas de Onana. Salvo machada lisboeta en San Siro, los aficionados al calcio están muy cerca de vivir el sueño de una semifinal a la italiana.

El partido fue por el camino que mejor le venía al Inter. En los últimos 37 días los nerazzurri habían dejado migas de pan al Benfica de cómo (de mal) iban a jugar y los portugueses no supieron seguir el sendero. Los italianos solo habían ganado un partido desde el 5 de marzo. Desde entonces, el equipo de Inzaghi ha practicado un juego plano, pobre, sin brillo. En la Serie A le ha costado el caer hasta la quinta plaza, pero en la Champions fue suficiente para eliminar al Oporto en octavos. Cuanto peor, mejor, que diría Rajoy.

Con muy poco o nada, el Inter salió vivo de una primera parte en la que fue mejor el Benfica. Con Chiquniho y Florentino en una sala de máquinas en la que este martes se echó de menos a Enzo, el Benfica se acercó con más frecuencia que peligro al área de Onana. Rafa Silva y João Mario fueron los primeros en avisar. Pero lo cierto es que al Benfica le faltó colmillo. La posesión le sirvió al equipo de Schmidt para evitar sustos más que para correr riesgos.

Jerarquía tras el descanso

Bastoni, que había sido el mejor del Inter atrás en la primera parte, fue determinante en ataque en la segunda. En el 51′, el central, amante de las excursiones a campo contrario, condujo la pelota hasta pasado unos 15 metros el medio del campo y centró al área, donde Barella, al que nadie esperaba en zona de remate con su 1,72 metros, cruzó el balón de un cabezazo ante el que nada pudo hacer Vlachodimos.

El partido estaba justo donde Inzaghi lo quería. Ya con ventaja en el marcador, el técnico italiano tenía claro que era el momento de dar un paso atrás y meter a Lukaku. El belga, cuya suplencia sorprendió, fue el encargado de transformar un penalti por mano de João Mario que Michael Oliver pasó por alto pero el VAR no. No le hizo falta más al Inter para acariciar las semifinales. Quizás un par de paradas de Onana, que en los minutos finales supo mantener su portería a cero con dos buenas estiradas. Pero poco más. Muy poco.

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