Los nerazzurri batieron a la Juve gracias a un tanto de Dimarco y se clasificaron a la final de la ‘Coppa’. Enésima actuación gris para los bianconeri.
El Inter de Inzaghi se confirma imparable en las Copas. Tras haber ganado la Supercopa de Italia y alcanzado las semifinales de Champions, los nerazzurri llegaron otra vez a la final de la Copa italiana, de la que son campeones vigentes. Lo hicieron batiendo a una Juve que, tras el polémico 1-1 de la ida, volvió a mostrar una de sus peores versiones, coherente con un momento en el que solo ha ganado un partido (y sufriendo muchísimo, ante el Sporting) de los últimos siete. Allegri, que al final tuvo que renunciar a Vlahovic, decidió optar por un 3-5-2 con una delantera ‘ligera’, formada por Di María y Chiesa.
Jugar sin delantero centro le pasó factura a los bianconeri, que tuvieron el balón más que el rival en la primera parte, pero apenas supieron crear peligro. Los milaneses, en cambio, empezaron muy bien. Tras haber rozado el 1-0 con Dzeko, Barella (que también había generado la anterior oportunidad) puso con un pase al hueco a Dimarco solo delante de Szczesny. El lateral, olvidado por la zaga bianconera, anotó el 1-0 y Lautaro, poco después, pudo alargar la ventaja tras un error de Locatelli, pero disparó fuera. Un remate de Kostic bien neutralizado por Onana fue la única señal bianconera hasta el 45′ y Allegri decidió cambiar en la segunda parte, que arrancó con Milik en lugar del serbio.
La decisión no tuvo impactos. De hecho, el Inter volvió a estar muy cerca del 2-0 con una espectacular jugada de Dzeko, cancelada por fuera de juego y Perin evitó la sentencia ante un latigazo de Mkhitaryan. El último intento de Allegri, lanzar a Pogba para el tramo final, no sirvió de nada: el Inter disputará la final ante el ganador del Fiorentina-Cremonese.