Alberto Beto Pascutti, uno de los futbolistas más talentosos e históricos y luego técnico destacado del ascenso argentino, falleció víctima de una insuficiencia cardíaca. Tenía 64 años y su muerte ocurrió en su lugar favorito: una cancha de fútbol, mientras veía a una familiar jugar un partido de fútbol femenino.
Surgio de Chacarita Juniors, continuó en Banfield y alcanzó uno de los momentos de máximo esplendor de su carrera jugando en El Porvenir. Luego paseó su estilo talentoso, atrevido y de potrero en Quilmes, Tigre, All Boys -fue gran figura en el equipo que ascendió a B Nacional en 1993- y Deportivo Morón, donde también se destacó en el equipo que subió a la B Nacional. Además, jugó en Sudamerica, de Uruguay, y Kimberley, de Mar del Plata.
Colgados los botines y la magia, se puso el buzo de técnico y exhibió su firme carácter desde el banco con un amplio recorrido. Ascendió con Tigre y con Almagro. Y dirigió a varios clubes del ascenso: Tigre, Tristán Suárez, Nueva Chicago, All Boys, El Porvenir, Los Andes, Juventud Antoniana, Universidad Católica de Ecuador, Almirante Brown, Aldosivi, Platense, Sarmiento, Talleres de Remedios de Escalada, Sportivo Italiano y Tiro Federal.