Argentina celebró su nueva fiesta con una avalancha de goles en Santiago del Estero

Foto: AFA

Argentina apabulló a Curazao 7-0, en el amistoso disputado en el estadio Madre de Ciudades, en el segundo partido de festejo en el país, tras la inolvidable consagración mundial en Qatar. Lionel Messi -que rebalsó el centenar de goles con la Selección- anotó un hat trick y completaron Nicolás González, Enzo Fernández, Ángel Di María y Gonzalo Montiel.

Este partido no debe ser medido desde el punto de vista estrictamente táctico y analítico, sino que -igual que el disputado el jueves pasado ante Panamá en el estadio de River Plate- requiere ser mesurado con el corazón. La fiesta, más que el fútbol, era el motivo de estos dos partidos.

El objetivo era que los hinchas argentinos -y también los futbolistas- disfrutasen y extendiesen la desbordante locura y felicidad estallada en el lejano Qatar. Y así ocurrió en Buenos Aires y ahora en Santiago del Estero. Con el aditivo extra, esta noche, de una alta cantidad de gritos de gol.

Curazao es un rival limitado, se sabía y quedó comprobado durante los 90 minutos. Pero, ¿importa eso? Argentina estaba de festejo, no había urgencia de puntos sino ganas de seguir celebrando y de hacerlo en casa. Era lucir con orgullo, por primera vez, la tres estrellas en la camiseta, sin importar quien era el equipo rival.

Con muchos cambios en relación a la formación que superó a Panamá, Argentina jugó un primer tiempo brillante, con abundancia de pases rápidos, exactos y eficaces. Se reiteró la sociedad de Giovani Lo Celso (quien se había desmontado, por una molestia física, al margen del Mundial un par de días antes) con Lionel Messi y hubo una asociación que rozó la perfección. Adornada con cinco goles en esos 45 minutos iniciales.

Apenas 2 minutos transcurrieron y Lautaro Martínez recibió, en el área chica, una habilitación de Messi para quedar ante el arquero Eloy Room pero se chocó con la pelota y desperdició la primera gran chance. Una volada de Room, diez minutos después, le ahogó el grito a Messi.

No tardó, de todos modos, en llegar el gol: a los 19 minutos, Messi recibió un pase exacto de Gio Lo Celso y encendió su magia para controlar, acomodarse, amagar y con un derechazo encender la mecha de la goleada. Fue su gol número 100 con la casaca celeste y blanca, y habría más…

Nicolás González (otro que se quedó sobre la hora sin Mundial por una lesión) amplió el resultado, a los 22 minutos. Un cabezazo de Germán Pezzella fue despejado en la línea por Sherl Floranus y con un salto elástico González metió otro frentazo, con destino de gol.

González le dio el pase a Messi para el tercero y el mejor futbolista del mundo definió, a los 32 minutos, con un lujoso zurdazo cruzado. Fiel a su calidad.

Messi se vistió de asistidor y Enzo Fernández, antes de pisar el área grande, metió un espléndido derechazo, a los 34 minutos, para estirar el show de goles.

Messi completó su triplete -y su gol 102 en sus 174 cotejos con la Selección Argentina- luego de recibir otro pase de Lo Celso, arrancar en velocidad con pelota dominada y volver a disparar magia con su caliente botín izquierdo, a los 36 minutos.

Emiliano Martínez; Gonzalo Montiel, Germán Pezzella, Nicolás Otamendi, Marcos Acuña; Alexis Mac Allister, Enzo Fernández, Giovani Lo Celso; Lionel Messi, Lautaro Martínez y Nicolás González fueron los protagonistas de ese magistral primer tiempo, más allá que, como quedó dicho, Curazao sea un oponente carente de brillo.

En el segundo tiempo ingresaron Juan Foyth, Rodrigo De Paul, Exequiel Palacios por Otamendi, Mac Allister y Fernández, a los 4 minutos; Ángel Di María, Paulo Dybala por Lo Celso y Lautaro Martínez, a los 21; y Franco Armani por Emiliano Martínez, a los 33.

En esa segunda etapa Argentina le bajó un cambio al ritmo infernal, fue más terrenal pero siguió siendo muy superior al entusiasta Curazao. Y el arquero visitante, el mejor de su equipo (aunque suene raro, ya que recibió siete goles), continuó teniendo salvadas importantes. Como esas dos tapadas, casi seguidas, a Lautaro Martínez, que últimamente viene con el arco cerrado en la Selección.

Al final la fiesta inolvidable tuvo dos picos más de éxtasis. La mano de Cuco Martina, dentro del área, se interpuso a un remate de Di María y Messi, el encargado de los penales, le cedió la oportunidad a Fideo. Di María, con categoría, mandó el remate esquinado a un rincón mientras el arquero se arrojó a la otra punta, a los 32 minutos.

El último grito nació de un pase de Di María a Dybala, quien desde la izquierda mandó el centro al otro extremo, donde Montiel -justamente el autor del gol decisivo en la tanda de penales ante Francia en Qatar 2022- abrió su pie derecho y de primera mandó la pelota adentro del castigado arco visitante, a los 41 minutos.

Este marzo, con la doble fecha, todo fue festividad y celebración, se reforzó esa comunicación e identificación equipo-hinchas nacida en Qatar y que hacía mucho tiempo no se vivía. Argentina se lo merecía. Es momento de disfrutar, emocionarse y sonreír, sin hacer un estricto análisis de fondo. Ya llegará, a partir de septiembre, con las eliminatorias mundialistas y rivales más exigentes, la hora de ponerse serios.

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