La multitud en las calles y la falta de organización impidieron que la Selección llegase al Obelisco

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Después de más de cuatro horas de marcha sobre un micro descapotable, los flamantes campeones del mundo no pudieron llegar hasta el Obelisco y cumplir con el recorrido programado y tuvieron que regresar, en helicópteros, hasta el predio de la AFA en Ezeiza.

Una multitud impresionante, estimada en cinco millones de personas -la mayor movilización de toda la historia argentina-, salieron a las calles para acompañar el recorrido del micro, que partió desde Ezeiza minutos después de las 11.30 horas, y a paso lentísimo, debido a la gente que acompañó al vehículo y a fallas en el operativo organizativo.

El tramo inicial fue a plena euforia. Los futbolistas, con ropa oficial de la selección y gorritos -destacaban el de Instituto en la cabeza de Paulo Dybala y el de River usado por Julián Álvarez- sonreían, saludan y se sumaban al coro de los hinchas.

Hasta parecía un viaje de egresados, con los revoltosos al fondo: Lionel Messi, Rodrigo De Paul, Nicolás Otamendi, Ángel Di María y Leandro Paredes. Y para calmar la sed pasaba de mano en mano el fernet, en una botella de plástico cortada al medio. Lionel Scaloni estaba en la otra punta y se lo vio eufórico y saludando efusivamente. Todo era felicidad y sonrisas en esos momentos.

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Policías a pie a ambos costados del micro escoltaban y atrás iba un uniformado en moto. Así los hinchas se acercaban bastante y tenían contacto cercano con los futbolistas. Muchos les arrojaban banderas y camisetas y hasta un réplica grande de plástico de la Copa del Mundo.

A medida que avanzaba el vehículo el desplazamiento se ralentizaba más. Avanzaba a paso de hombre. A esa altura la fiesta popular continuaba siendo total.

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El problema empezó a llegar desde el centro de Buenos Aires. El micro debía ir al Obelisco. Pero saltaba a la vista que era una utopía, porque la avenida 9 de Julio estaba totalmente colmada de gente, no había espacio para el micro. Era imposible que transitase por allí.

Sobre la marcha, se resolvió un cambio de escenario: la autopista 25 de Mayo en el cruce con avenida San Juan. Y el público se dirigió hasta ese lugar, pero subió a la autopista y también se hizo imposible que el vehículo pudiese circular por allí.

Se cruzaron indicaciones, negociaciones y recomendaciones. Se complicó más la situación cuando dos personas se tiraron desde puentes con la intención de caer en el micro.

Finalmente se resolvió que el micro se dirigiese al Parque Roca y desde allí los jugadores -varios ya estaban en cuero y con evidentes signos de cansancio- se subiesen a helicópteros. Algunos sobrevolaron el Obelisco y la autopista 25 de Mayo y luego regresaron al punto de partida: el predio de la AFA en Ezeiza.

Claudio Chiqui Tapia, presidente de la AFA, posteó en sus redes sociales un par de quejas:

La foto de Messi y sus compañeros con la Copa en alto quedó truncada. Entre el multitudinario desborde de personas y las fallas de la organización del operativo, el final no resultó el imaginado.

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