Los Warriors salieron victoriosos del primer partido del curso, un duelo californiano con los Lakers en el que Curry volvió a demostrar su nivel de MVP.
La puesta en escena de estos Warriors como campeones ya la habíamos visto otras veces. Habían ganado también en 2015, 2017 y 2018. Una generación irrepetible que este 2022 se ha coronado de nuevo en la NBA y que en la noche de este martes, con un tremendo retraso horario por el double-header televisivo, se ha vuelto a poner un anillo en los dedos. Jugadores que ya no están, como Quinndary Weatherspoon, que no tienen minutos, como Andre Iguodala, o que están en el bando contrario, como Juan Toscano. Ese otro lado era el de los Lakers, un rival de división y uno que se puede cruzar en el camino cuando acabe la regular season si es que superan esa barrera. No será fácil ver a estos dos de tú a tú si la prueba es lo visto en este encuentro, pero en el baloncesto estadounidense todo es luz, color y, la mayoría de las veces, una papelera llena de predicciones.
Los de San Francisco se impusieron 123-109 en un partido controlado, que expone de nuevo las malas vibraciones de los Lakers -aunque acudieron con bajas- y hace estremecer a sus aficionados. ¿Se vivirá otra temporada maldita como la anterior? Han jugado contra el campeón y su calendario en las primeras dos semanas es difícil, agárrense fuerte.
La camaradería está mejor en los Warriors incluso viniendo de un puñetazo en un entrenamiento que se ha podido ver hasta en el último rincón de las redes sociales. Mejor que en los Lakers, claro, que estrenan técnico con Darvin Ham y tuvieron a Russell Westbrook como titular de circunstancias pese a que piensan ponerle como suplente durante la campaña. Los campeones liman asperezas con Green, el pegador, y Poole, el receptor no sólo de aquel golpe sino de un contratazo por los buenos servicios, mientras tienen a Stephen Curry (33+6+7) impartiendo cátedra. El MVP de las últimas finales se armó de acierto sólo cuando lo necesitaba de verdad, lo demás fueron clases de refuerzo, para poner el Chase Center a sus pies. En la clase también estuvo LeBron James (31-14+8), pero como oyente; vendrá bien para saber cómo gestionar el pitote de su equipo.