Debió ser una victoria rutinaria, sencilla, pero el United se complicó la vida. Karim Ansarifard abrió el marcador en el primer tiempo pero Rashford y Martial remontaron. Cristiano, aciago de cara a gol.
El Manchester United viajó a Chipre para medirse a un equipo que solo había ganado uno de sus 26 últimos encuentros en competición europea, sin contar rondas previas ni clasificatorias. Los ingleses dominaron desde el inicio, controlando la pelota y generando ocasiones. Ronaldo gozó de unas cuantas, pero se topo con el guardameta Fabiano. El portugués buscaba su gol número 700 a nivel de clubes, y después de los primeros minutos parecía ser cuestión de tiempo que lo lograse en Nicosia.
Entre Antony y Bruno Fernandes tuvieron la más clara del primer tiempo, en un dos contra uno frente al portero. Pero no se encontraron. Pese a su escasa posesión, el Omonia fue capaz de golpear a su oponente. Tras un saque de esquina, Malacia perdió el balón y los chipriotas salieron raudos al contraataque. Bruno Felipe condujo hasta encontrar a Karim Ansarifard dentro del área de De Gea. El meta español no pudo hacer nada por impedir el tanto del iraní, que definió a la perfección.
El drama se cernía sobre el Manchester United y sobre Erik ten Hag. El técnico neerlandés realizó cambio tras el descanso. Acertadamente. Marcus Rashford ingresó en el partido en el inicio del segundo tiempo e igualó el marcador a los cinco minutos. Anthony Martial, que ya marcó dos goles el domingo en el derbi de Manchester, entró por Bruno Fernardes frente al Omonia. Dos minutos necesitó para recibir una pelota en la frontal, enviarla a la red y evitar el descalabro. Rashford volvió a poner tierra de por medio. El gol de Nikolas Panayiotou a cinco minutos del final apenas puso en aprietos a los visitantes, que con seis puntos, se encaminan hacia la fase eliminatoria de la Europa League. No sin dudas.