Carlos Sainz, sincero y autocrítico, analiza la temporada con AS. Sobre la presión mediática por las órdenes de equipo: “Cuando me metí en la pelea parecía que algunos ya no me querían ahí”.
Es difícil no encontrarse con el Carlos Sainz (Madrid, 28 años) más sincero cuando habla de la mejor pizzería de Monza. No es tan sencillo para un deportista mantener el tono y la honestidad al referirse a todas las cosas que no han salido bien en la temporada que le brindó su primera victoria como piloto de Fórmula 1. El domingo de Silverstone fue un gran día, para él y para el automovilismo español, y hubo otras actuaciones sobresalientes, como las remontadas en Francia e Italia o la furia de Canadá, tras Verstappen. Pero no todos los días de 2022 han sido positivos para Sainz, incómodo de partida en el F1-75, y sobre esas circunstancias se explaya en una entrevista con AS al llegar a Singapur. Sufrió al principio, subraya la rabia por dejar escapar oportunidades con el mejor Ferrari de la temporada, y se encontró después con cierto revuelo alrededor de la Scuderia, fundamentalmente mediático, para designar al primer piloto. Carlos zanjó el debate con dos poles, un triunfo y un botín de podios. Ahora habla como hombre de equipo, pero también con la ambición del piloto que quiere “ser campeón”.
—¿Está contento con su temporada hasta ahora?
—En general, no. No puedo estar contento, ha sido una temporada con demasiados altibajos. Hay cosas con las que estoy contento, como la progresión. He sido capaz de dar la vuelta a un inicio bastante complicado y de no estancarme, de poder reencontrarme en un coche que todavía no me viene natural al pilotar, o no de la forma más sencilla. Con eso estoy orgulloso, pero la temporada tuvo un inicio difícil y aunque luego cogiera ritmo y buenos resultados, cada dos o tres carreras ha pasado algo que no me ha dejado generar una buena racha. Espero que en estas seis carreras me llegue ese momento.
—Ha tenido bajos muy bajos, como Australia; y altos muy altos, como Silverstone. Pero no parece que se deje llevar por las emociones…
—Llevo muchos años en la Fórmula 1 y sé más o menos cómo funciona este deporte. He tenido años muy buenos, inicios malos, finales buenos, inicios buenos, finales malos. Sé que, más o menos, al final lo importante es la cabeza. Estar tranquilo, confiar en uno mismo, quizás ese sea uno de mis puntos fuertes. Ya se me puede caer la casa encima que voy a seguir siendo positivo e intentar seguir teniendo buenos resultados sin que me afecte demasiado.
—Ni cuando lo hace bien es el mejor, ni cuando lo hace mal es el peor.
—Sí, esa es mi filosofía. Sé que tengo cosas que mejorar como piloto, pero también sé que soy bueno, que estoy capacitado para hacerlo en cualquier carrera.
—Le voy a preguntar por el debate de las órdenes de equipo, pero desde otra perspectiva. ¿No le cansó tanta insistencia, tantas preguntas, también desde la Prensa, para que Ferrari tuviera un primer piloto y un segundo piloto?
—Yo puedo entender que después de las primeras carreras, Charles (Leclerc) estaba claramente un paso por delante tanto en clasificación como en ritmo de carrera. Pero a mitad de temporada yo mejoré mucho. Sí, empecé a estar más en la pelea y de alguna manera fue un poco frustrante, porque cuando me metí en la pelea parecía que algunos no me querían ahí. Se me criticó por no estar ahí, y cuando empecé a estar, algunos se preguntaban que qué hacía delante, que le dejara a Charles ganar todo. Fue frustrante, sobre todo por parte de la Prensa. Me critican, pero justo cuando estaba ahí, peleando, ya no me quieren delante. Ya viste que no hago mucho caso a lo que se dice por ahí.
—¿Es una virtud de Ferrari tener dos pilotos fuertes?
—Yo creo que sí, también Mattia (Binotto) y el equipo reconocen que es una virtud, que es uno de nuestros puntos fuertes. Pero está claro que había parte de la gente que sigue a Ferrari que no quería, o no quiere que haya dos pilotos (al mismo nivel), quizás sea una pregunta para otros porque yo estoy convencido de que lo mejor para el equipo es que estemos los dos lo más cerca posible el uno del otro.
—En su caso, ¿qué más puede hacer para desterrar el debate del escudero? Porque desde 2021 suele estar en la misma décima que Leclerc, arriba o abajo, en clasificación y carrera.
—¿Cuánto puede enfadarse un piloto por un mal ‘pit-stop’? Porque es un tema muy sensible, los mecánicos tampoco pueden esforzarse mucho más…
—Es un tema muy sensible. Me parece que hay muchísimas críticas hacia los mecánicos cuando ellos son los primeros que quieren que el resultado sea lo mejor posible para el equipo. Ellos aman Ferrari, al máximo, igual o más que el propio piloto, están súper vinculados a Ferrari y viven esta pasión más que cualquier tifosi y cualquier periodista, pero se les critica mucho. Sobre todo después de Zandvoort, todavía me pregunta mucha gente que cómo fue posible que un mecánico no estuviera preparado, pero eso sucede porque no le han llamado a tiempo para que estuviese preparado. Un mecánico siempre va a estar ahí, se puede volver a explicar una vez más que el error de Zandvoort no fue de los mecánicos, sino de la llamada tardía.
—El coche y el motor se mejoran en la fábrica. El ensamblaje del equipo, las estrategias o las paradas, ¿dónde se mejoran?
—Con prueba y error, como estamos haciendo este año. Equivocándonos, aprendiendo, asegurándonos de que no vuelva a pasar. La clave de un equipo no es la cantidad de errores que se cometen sino si el mismo error se comete dos veces. Y hasta ahora no he visto a Ferrari cometer dos veces el mismo error. Han sido todo ejemplos diferentes, errores de estrategia o ‘pit-stop’, pero nunca se han repetido. Nos está costando en el campeonato, pero estaré tranquilo cuando llegue la oportunidad de ganar un campeonato y no cometamos esos errores.
—¿Le da rabia no haber sabido extraer el máximo del Ferrari cuando el Ferrari estaba en su mejor momento esta temporada, al principio?
—Mucha. Claro que sí. Me frustra, porque no es un problema que yo tuviera, soy un piloto que siempre se ha adaptado muy rápido a los coches en los que he competido. Siempre he estado muy cerca de mis compañeros de equipo o por delante. Que justo el año que más me ha tocado sufrir sea el año en el que tengo un coche competitivo, en esas primeras carreras, os podéis imaginar que fue muy difícil de aceptar psicológicamente. Y de trabajar en ello, porque no me lo podía explicar. Si nunca he tenido problemas de adaptación y siempre he ido rápido, ¿por qué me cuesta cuando justo tengo un coche rápido que me permite luchar por victorias? Me frustró mucho, estuve preocupado, y trabajando mucho en ello. Aun así no perdí la cabeza y he podido ir resolviéndolo.
—La superioridad de Verstappen en este segundo tercio del año, ¿es el coche o el piloto?
—Es el coche, es el piloto, es el equipo. Es la estrategia, los ‘pit-stop’. Nadie falla, llevan cinco o seis carreras sin cometer un error, haciendo las cosas perfectas. Y encima cuando Max falla y hace un trompo, como en Barcelona y Hungría, son capaces de resolverlo rápido. Ahí está la diferencia de por qué están dominando.
—¿Cómo de importante es el objetivo de ganar otra carrera antes de que acabe el año?
—Es mi objetivo principal en las seis carreras que quedan. Sé que es complicado, porque Mercedes ya está ahí, Red Bull no está fallando, Max está a un nivel muy alto. Pero voy a cada carrera intentando ganarla, luego veremos si se consigue o no.
—¿Cuánto recuerdo, cuánto poso le queda de la victoria de Silverstone? Porque la F1 va a un ritmo frenético, parece que han pasado ya varios años de aquello.
—Bastante poco, la verdad. Cada vez que lo pienso sonrío, pero en la F1 solo cuenta la última carrera en cuanto a reputación y la siguiente en cuanto a ocupación. Es un orgullo ser el segundo español que ha conseguido una victoria en la Fórmula 1, además de hacerlo para Ferrari y en Silverstone, y de la manera en la que se hizo. Pero solo deseo que ocurra otra vez lo antes posible.
—¿No piensa, cuando se sienta en el sofá, que ha logrado aquello para lo que ha trabajado durante veinte años de su vida?
—Una vez lo consigues, y mientras estás envuelto en la temporada frenética de la F1 con todas las carreras, se normaliza. Es curioso, porque quizás en invierno tenga más tiempo para pensarlo y lo sentiré de otra manera. Pero ahora mismo… como cada carrera es una oportunidad de ganar, ya no me preocupa lo que pasó en Silverstone. Sí, cuando sea más mayor y no sea tan competitivo como soy ahora, y esté más en ‘modo reflexión’, seguro que lo veré de esa manera.
—Se acerca peligrosamente a los 30 años, ¿se ve en su madurez como piloto?
—Debo estar en un punto cercano a esa madurez, aunque luego ves a pilotos como Fernando (Alonso), que se reinventan año a año, y creo que la madurez como tal no se acaba nunca. Cada año que pasas en la F1 serás mejor, aprendes más. Sí, los ocho años de experiencia ayudan, pero voy a seguir aprendiendo cosas nuevas.
—Desde esa madurez, ¿hasta dónde puede llegar?
—Mi objetivo es ser campeón del mundo algún día. Espero que si el año que viene vuelve a haber un buen coche pueda estar en la pelea desde el principio. No descolgarme en esa primera mitad porque sé que una vez esté en la pelea, soy capaz de mantenerme en ella. Ese será el objetivo, trabajamos en Ferrari para volver a tener ese coche y mejorar como equipo, para que si vuelve a surgir la oportunidad, el año que viene, no la dejemos escapar.
FUENTE: AS