Vélez Sarsfield y Gimnasia y Esgrima La Plata empataron 1-1, en el estadio José Amalfitani, en un partido con acceso cerrado al público y con el VAR volviendo a ser disparador de polémicas y ratificando esa costumbre que se está tornando habitual de desvirtuar y distorsionar el fútbol.
Por la prohibición del organismo de seguridad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a la asistencia de público -en castigo por los incidentes ocurridos en el partido de ida ante Talleres, de la Copa Libertadores-, los hinchas de Vélez acompañaron en caravana de autos al micro de los jugadores desde la concentración, en la Villa Olímpica, hasta el estadio. Y muchos se congregaron en la avenida Juan B. Justo, previo al inicio, para recibir ruidosamente al plantel.
Gimnasia y Esgrima, que mantiene el segundo puesto en la tabla de posiciones pero ahora más lejos del líder Atlético Tucumán (El Decano suma 28 puntos y El Lobo 25), mostró un juego más cohesionado y prolijo en el primer tiempo. Con Brahian Alemán ratificando su buen presente y siendo el centro de atención del equipo, y utilizando las bandas para soltarse y el doble cinco para ordenarse en el medio.
Un gran tapada de Leonardo Burián frenó un complicado remate de Manuel Insaurralde, habilitado por un centro de Ramón Sosa. Y el arquero de Vélez volvió a lucirse, a los 26 minutos, tapando un remate bajo de Sosa.
En el medio de estas dos situaciones claras abortadas por Burián, se produjo la mayor polémica de la tarde. Una gran jugada de Luca Orellano encontró a Lucas Pratto bien posicionado para tirar el centro, por el medio Leonardo Morales quiso rechazar y mandó la pelota dentro de su propio arco, a los 18 minutos.
Estaban por sacar del medio cuando Hernán Mastrangelo recibió el llamado de Nazareno Arasa, a cargo del VAR. El árbitro estuvo conversando con la mesa de control ubicada en Ezeiza durante 6 minutos y jamás se acercó a la pantalla para mirar la jugada. Finalmente resolvió anular el gol, considerando una inexistente posición adelantada de Pratto.
Una nueva habilitación de Orellano dejó a Lucas Janson sólo ante Rodrigo Rey y el arquero de Gimnasia y Esgrima logró desviar el balón al corner en una tremenda reacción, a los 31 minutos. Dos minutos después, el equipo de Pipo Gorosito desaprovechó una chance clara, con Leonardo Morales fallando en la definición en el área chica.
En el segundo tiempo, Vélez alcanzó un buen rendimiento, asociándose, desequilibrando y empujando a Gimnasia y Esgrima contra su área. Pero le faltó la puntada final, todo lo bueno que comenzaba a elaborar desde el medio se diluía en los metros finales. Pasar a su esquema habitual (4-2-3-1) en lugar del utilizado al comenzar el partido (4-3-3), seguramente pensando en Flamengo, con el ingreso de Abiel Osorio por Santiago Cáseres, le dio más vértigo y agresividad.
Y llegó al gol, a los 26 minutos. Rodrigo Rey tapó el zurdazo de mate de Máximo Perrone y el rebote le quedó a Abiel Osorio para el derechazo definidor. Esta vez, aunque no quedaban dudas, Mastrangelo y el VAR se tomaron dos minutos para certificar la validez del tanto…
Ni lo disfrutó el equipo del Cacique Medina. Enseguida, a los 29 minutos, empató Gimnasia. Tras una corner de la izquierda de Brahian Alemán, Leonardo Morales -el mismo del gol en contra anulado y de la gran ocasión malgastada en el primer tiempo- entró absolutamente sólo y empató.
Siguió presionando Vélez y dispuso de un remate bajo y cruzado de Julián Fernández, que salió muy cerca. Pero está claro que este campeonato no le depara alegrías a El Fortín -exactamente todo lo contrario a su tránsito en la Copa Libertadores-, donde apenas cosechó un triunfo en sus trece presentaciones. Sí disfrutó de otra destacada actuación del juvenil Valentín Gómez, la figura de la cancha.
En los minutos finales los errores de Mastrangelo y el VAR le dieron la despedida al partido. Máximo Perrone, parado sobre la línea del área grande, recogió su brazo y lo pegó a su cuerpo ante un remate. El árbitro cobró mano, incorrectamente. Y tiro libre desde la medialuna, avalado por el sistema tecnológico. Si hubiese sido mano, era penal…
Y en tiempo de descuento, Mastrangelo expulsó a Agustín Mulet por una infracción a Benjamín Dominguez. Era para amonestación. El referí recibió el llamado del VAR y se acercó a la pantalla para volver a ver la jugada. Y ahí cambió de decisión: canceló la tarjeta roja y la cambió por una amarilla. Aunque ya no quedaba más tiempo y estaba todo definido, en esa última acción, al menos, acertaron.