Vélez Sarsfield le ganó a Talleres 1-0, en el estadio Mario Alberto Kempes, y se clasificó semifinalista de la Copa Libertadores. El único gol, en Córdoba, lo anotó el pibe Julián Fernández, autor del tanto decisivo en el 3-2 del partido de ida en el José Amalfitani.
En la próxima fase, Vélez enfrentará a Flamengo, el partido de ida, en Liniers, se jugará el martes 30 o el miércoles 31 de agosto y en el de vuelta el martes 6 o y el miércoles 7 de septiembre en Rio de Janeiro.
Temprano llegó un gol y la correspondiente polémica del VAR. Lucas Janson bajó una pelota y le dio el pase atrás a Lucas Pratto, que, de frente al arco, metió el derechazo goleador, con apenas 3 minutos de juego. Pero antes de reanudar el juego, el árbitro paraguayo Eber Aquino recibió el llamado de su compatriota Carlos Benítez desde la cabina del VAR y revisó la jugada.
En su meticulosa revisión consideró que luego de acomodar la pelota con el pecho, el brazo de Janson continuó la acción. Y por eso el tanto de Vélez fue anulado.
Con entrega, firmeza y decisión ambos equipos plantearon un partido disputado e intenso. Utilizar las bandas fue el proyecto, pero ni Orellano ni Janson lograron prevalecer en sus bandas, ni tampoco Diego Valoyes, en un particular duelo con Francisco Ortega, ni Enzo Pérez, proyectándose por su zona, consiguieron darle profundidad a sus búsquedas.
Aunque Talleres tuvo un poco más de posesión, la otra situación clara del primer tiempo también favoreció a El Fortín. Walter Bou, cerrando un veloz contragolpe, giró y sacó un zurdazo que Guido Herrera, atorando, desvió al corner, a los 29 minutos.
Talleres tuvo un arranque de segundo tiempo a todo ritmo y presión. En ese cuarto de hora inicial arrinonó a Vélez en su campo. Sin embargo, careció de profundidad. Apenas dispuso de un frentazo de Diego Valoyes, que ganó muy bien en el salto al recibir un tiro de esquina, pero su disparo salió desviado.
A los 18 minutos ingresó el jugador más valioso de esta llave de cuartos de final entre equipos argentinos: Julián Fernández. En el partido de ida, el miércoles de la semana pasada, había anotado el gol desequilibrante en el último minuto.
Y esta noche, en Córdoba, volvió a anotar un gol que valió oro para Vélez. Recibió un pase en diagonal perfecto de Lucas Janson, picó por el vértice izquierdo del área, dejó fuera de escena a Guido Herrrera y definió con un zurdazo bajo, a los 33 minutos.
Este gol desmoronó a Talleres. Minó su enorme voluntad y decisión. Y el equipo del Cacique Medina estuvo a punto de volver a festejar, con un escapada de otros de sus delanteros juveniles que se viene destacando en este presente: Abiel Osorio, cuyo remate bajo y cruzado salió cerca.
Vélez ratificó que en modo Copa Libertadores -muy distinto al flojo modo campeonato– es demoledor. Ese enorme empuje del cierre de fase de grupos, con victoria fundamental ante Nacional y Montevideo y triunfo final ante Estudiantes, se aceleró en los octavos ante River y ahora en los cuartos ante Talleres.
Concentrado, convincente, sólido, seguro. Con Lucas Pratto y su importancia, por juego, despliegue y contagio, en este tipo de partidos. Con un Lucas Janson que cuando, como esta noche, no aporta goles, asiste. Y con los pibes, en este serie Julián Fernandez fue el estandarte, que como, ya es costumbre en El Fortín, nunca fallan.