Atlético Tucumán derrotó a Vélez Sarsfield 1-0, en el estadio José Amalfitani, y así volvió a ganar de visitante después de 17 fechas y además logró su primer triunfo ante El Fortín en Liniers. El equipo reservó a todos sus titulares para el decisivo partido del miércoles ante River Plate por la Copa Libertadores y arrancó con once suplentes.
Totalmente merecido fue el triunfo de Atlético Tucumán. Le alcanzó con ser ordenado, organizado y decidido, ante un Vélez que cometió todo tipo de imprecisiones, errores y jamás encontró una línea de juego. Un planteo táctico sólido y sencillo, con 4- en el fondo, 4 en el medio y 2 (que terminaría siendo 1, para reforzar el mediocampo) arriba, fue suficiente.
Así como Vélez venía de jugar su mejor partido en mucho tiempo el miércoles pasado, en el triunfo ante River en el arranque de los octavos de final de la Copa Libertadores, hoy, ante Atlético Tucumán, jugó su peor partido en mucho tiempo (y eso que en los últimos meses tuvo unas cuantas performances negativas).
Un tiro libre de Ramiro Carrera fue conectado por un cabezazo demoledor, que entró por un ángulo, de Manuel Capasso, a los 17 minutos, para originar el grito de festejo tucumano. Imposible para el debutante Leonardo Burián.
Antes, un disparo cruzado y bajo de Ramiro Ruiz Rodríguez, después de un enganche, salió muy cerca. Y después, Ciro Rius también estuvo cerca y su disparo se fue desviado por poco.
El equipo de Alexander Medina tuvo la posesión durante la mayor parte, sin embargo las mayores situaciones de riesgo -que no fueron demasiadas- correspondieron a Atlético Tucumán. Tanto en el primer tiempo, cuando el equipo de Lucas Pusineri mostró una faceta más ofensiva, como en el segundo cuando se plantó firme en el fondo y buscó lastimar de contragolpe.
Ni siquiera el ingreso de la artillería pesada local -primero entraron Walter Bou, Lucas Janson y Máximo Perrone, después Lucas Pratto y finalmente Luca Orellano- alcanzó para despertar al intrascendente y desangelado Vélez. Un remate de afuera de Pratto salió encima del travesaño y un derechazo de Orellano fue despejado con la pierna por Carlos Lampe. Fueron las únicas llegadas del local.
Llegó la polémica en el segundo con una fuerte patada de Ciro Rius a Emanuel Insúa dentro del área. El árbitro Yael Pérez Falcón, de mala tarea, no cobró el penal y desde el VAR tampoco revisaron la jugada. Esta acción motivo el enojo de Lucas Pratto, quien hizo una fuerte declaración al finalizar el partido.
Burián tuvo trabajo en los instantes finales: desvió un potente disparo de Ramiro Carrera y del corner, también ejecutado por Carrera, vino el cabezazo de Francisco Di Franco y otra tapada del arquero debutante.