Con dos goles de Gigliotti, Nacional le dio otro cachetazo al golpeado Vélez

Foto: Nacional

Nacional derrotó a Vélez Sarsfield 2-1, en el estadio José Amalfitani, por la tercera fecha del Grupo C de la Copa Libertadores. Ganaba el local, pero dos tantos del Puma Emanuel Gigliotti, ratificando su condición de goleador, dieron vuelta el resultado. De esta manera, el equipo uruguayo logró su primer triunfo, mientras que El Fortín extendió su mala racha.

Había arrancado con sonrisas el partido para Vélez. Un buen arranque y un gol a los 15 minutos -buen desborde y centro de Francisco Ortega, disparo de Lucas Janson, rebote del arquero Sergio Rochet y de al lado Joel Soñara definió-, con actitud y decisión.

Pero apenas dos minutos más tarde, José Florentín le pegó un rodillazo en la cara a Rochet y vio la tarjeta roja. Imprudencia, más que intención de lastimar. Pero el impacto fue duro y el arquero uruguayo quedó sangrando. Vélez sintió el hombre de menos y de a poco se fue diluyendo. Y ratificó, como en toda esta temporada, su falta de jerarquía y de un patrón claro de juego.

Nacional, con temperamento y lucha, aunque igual que el local escaso de calidad futbolística, fue creciendo. Llegó al empate, a los 30 minutos, con un pase de Alex Castro para Emanuel Gigliotti, que dentro del área controló, hizo un medio giro y metió el zurdazo directo al empate ante un Lucas Hoyos sin reacción.

En el segundo tiempo iniciales, Nacional presionó alto e inmovilizó a Vélez en los primeros minutos. Y después del segundo tiempo, embarró el partido, demoró y buscó sacarle el poco ritmo que tenía. Con Yonathan Rodríguez empujando y traccionando en el centro del juego. Y con la efectividad de Gigliotti en el área.

El argentino, ex Atlético Tucumán, All Boys, San Lorenzo, Colón, Boca e Independiente, entre otros, volvió a dar muestra de su capacidad goleadora a los 29 minutos del período final. Recibió un centro de Diego Zabala, volante uruguayo con paso por Vélez, y en el centro del área conectó el cabezazo letal.

Vélez, encima de sus carencias tampoco ligó. Nueve minutos antes del segundo gol de Gigliotti, Lucas Pratto guapeó y consiguió irse rumbo al gol, pero su remate pegó en el poste. De todos modos, y más allá que pudo haber merecido la igualdad, quedó ratificado su falta de nivel y competitividad para aspirar a avanzar en esta Copa Libertadores. La realidad es que es el equipo más débil del Grupo y la tabla de posiciones lo refleja.

Una buena para Vélez fue la enorme actuación, una vez más, del central Valentín Gómez, de 18 años, la figura del deslucido equipo. Personalidad, firmeza, solidez y hasta resto para subir.

Este mal presente repitió una imagen repetida en las últimas semanas: socios e hinchas en la puerta de la sede insultando al presidente y los directivos por el desmantelamiento del plantel en un deficiente mercado de pases, detonantes de este previsible fracaso futbolístico.

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