Central Córdoba le ganó a Vélez Sarsfield 2-1, en el José Amalfitani, por la fecha 11 de la Zona B de la Copa de la Liga. Este resultado profundizo la crisis de El Fortín y los hinchas reaccionaron al final, nuevamente, contra el presidente Sergio Rapisarda y la Comisión Directiva, y también hubo insultos para los jugadores.
Parecía una tarde para la recuperación para Vélez, más allá que ratificó su falta de ideas futbolísticas y de jerarquía, arrancó controlando, con poco, el partido. Y a los 14 minutos se puso 1-0 arriba con una exquisita definición de Luca Orellano, definiendo con un zurdazo cruzado de primera, tras un preciso centro de Emanuel Insúa.
En ese primer tiempo, de un flojo partido, Vélez mostraba sus ya conocidas limitaciones, sin embargo no pasaba sobresaltos. Hasta que Central Córdoba empezó a emparejarlo en el cuarto de hora final y estuvo cerca del empate, en el minuto 41, con un cabezazo de Renzo López que fue desviado por Lucas Hoyos.
Pero en el segundo tiempo, a sus errores Vélez le sumó desconexión entre sus líneas y con un triple cambio a los 15 minutos -adentro Santiago Cáseres, Franco Díaz y Joel Soñora, afuera Tomás Guidara, José Florentín y Maximiliano Perrone- quedó más confundido y mal parado.
Esa línea de tres defensores lo animó al equipo de Santiago del Estero a insistir en ataque y buscar resquicios. Así el control del partido cambió de mano. Y Central Córdoba lo dio vuelta, y lo justificó.
Llegó el empate a los 17 minutos del segundo tiempo. Vélez pierde una pelota en la salida, José Leguizamón tiró el centro desde la izquierda y por el medio del área aparecieron libres de marcas Claudio Riaño, que pasó de largo, y Renzo López, que la empujó al gol.
El desconcierto creció en el local y los santiagueños se agrandaron más. Y no extrañó que festejasen por segunda vez. A los 32 minutos, el uruguayo Renzo López fue asistidor, también desde la desprotejida punta izquierda, y Jonathan Bay anotó con un zurdazo ante una estática defensa.
Pablo Echavarría, árbitro en cancha, aceptó la bandera levantada de sus asistente, Julio Fernández y anuló el gol por un (inexistente) off side de López. Pero el llamado del VAR, a cargo de Silvio Trucco en Ezeiza, lo hizo ver su error y terminó convalidando el gol.
En tribunas y plateas explotó el descontento. La barra se la agarró con los futbolistas –“Jugadores, la concha de su madre, a ver si ponen huevos, que no juegan contra nadie.” y “Sáquense la camiseta y densela a la hincha que juega mejor”– y el resto de los hinchas retomó los cantos contra los directivos -“Rapisarda botón, sos un hijo de puta…” y “Vélez va a salir campéon, el día que se vayan todos los hijos de puta de la Comisión”– sonaron fuerte en Liniers.
Y al final, una importante cantidad de hinchas se agolpó en las puertas de ingreso, donde se formó un nutrido cordón policial- reiterando los cantos de insulto contra el presidente y los directivos y exigiéndoles “dar la cara”. Cuestionaban el desmantelamiento del plantel, la poca participación de los socios y los problemas financieros, acompañados por el pésimo presente futbolístico.