Kylian Mbappé salvó a PSG de lo que pudo ser una noche de abucheos y silbidos en el Parque de los Príncipes. Con asistencia de Lionel Messi, el delantero francés estableció el 1-0 ante el difícil Rennes en tiempo agregado y calmó los ánimos con sus hinchas, en la antesala del duelo que el equipo de Mauricio Pochettino sostendrá el martes ante Real Madrid, por los octavos de final de la Champions League, el principal objetivo de los parisinos.
Leandro Paredes también fue titular, mientras que Ángel Di María y Mauro Icardi sumaron minutos, en el segundo tiempo, para PSG. De hecho, el ex delantero de Inter inició la acción que derivó en la conducción de Messi y la apertura hacia la izquierda para Mbappé.
El delantero galo se perfiló para su pierna derecha y dispuso de un amplio abanico de opciones para continuar. Entre ellas estaba devolverle la gentileza a Messi que llegaba de frente al arco y con tiempo y espacio para meter su tradicional toque de zurda.
Pero Mbappé eligió rematar y la apuesta salió bien. Es que su definición, previo roce en un adversario, se metió en el fondo del arco de Rennes, que demostró por qué es el único equipo que logró vencer a PSG en la presente edición de la Ligue 1, hace 15 partidos.
Extraña relación
Es un fenómeno extraño el del conjunto parisino, porque lidera con comodidad la liga local pero sus fanáticos no olvidan la reciente eliminación de la Copa de Francia. Pero tampoco soslayan que la Champions League aparece nuevamente en el horizonte esta semana y que se trata, básicamente, de su mayor obsesión.
Al marcharse al descanso, con el juego empatado en cero, los hinchas parisinos hicieron saber su descontento. Al final, celebraron, pero sin dejar de apuntar todos sus cañones al partido del martes, ante un Real Madrid que, por si fuera poco, podría ser el siguiente destino de Mbappé.