Lucas Pratto vivió su noche mágica en el José Amalfitani. O mejor dicho revivió una de sus tantas jornadas mágicas en ese escenario. Apenas visualizaron que se preparaba para ingresar, en el minuto 33 del segundo tiempo, los hinchas estallaron de emoción.
En los minutos que estuvo en cancha, Pratto irradió ese contagio a los hinchas a sus propios compañeros. Fue un baño de energía y motivación. Enseguida vino el gol de Lautaro Giannetti. Y como frutilla del postre llegó, sobre la hora, la conquista propia de Pratto.
“No me quiero poner a llorar. Solamente quiero agradecerle a mi familia, a mi mujer y a Vélez que confió en mí cuando me dejaron tirado en varios lugares. Solo tengo palabras de agradecimiento a este club que me abrió las puertas dos veces en momentos difíciles en mi carrera”, declaró, emocionado, el delantero a ESPN.
El Oso destacó su relación con los hinchas fortineros: “Me quieren desde que llegué. No por haber ganado o perdido. Me abrieron las puertas, esta es mi casa. Solo quiero agradecerle a ellos”.
En esa segunda etapa en Vélez, el delantero apenas había ingresado un minuto ante Banfield, como visitante, y luego permaneció en el banco ante San Lorenzo y Talleres. Anoche dispuso de unos minutos, suficiente para ratificar su vigencia y su amor con los hinchas.