La capital francesa vive por estas horas un clima por demás festivo. La locura invadió la ciudad con la presentación oficial de Lionel Messi como nuevo jugador de Barcelona. Tras arribar el martes a su nuevo destino, después de casi dos décadas en Barcelona, y realizarse las fotos institucionales de rigor, el futbolista argentino se encontró con los hinchas, quienes solo le demostraron devoción.
Messi respondió con una sonrisa amplia sobre su rostro. Con pulgares arriba de aprobación. Su alegría se filtraba por el prolijo traje que vistió y el jugador no hizo nada para evitarlo. Más bien hizo todo lo contrario: la dejó fluir.
“Estoy muy feliz, con muchas ganas y muy ilusionado”, manifestó Messi en conferencia de prensa. Además, admitió: “No aguanto más las ganas de encontrarme con mis compañeros, el cuerpo técnico y empezar esta nueva etapa”.
Al mismo tiempo, planteó que “los objetivos con el Paris Saint-Germain son los mismos y ojalá que los logremos” y reconoció que “el cuerpo técnico (encabezado por Mauricio Pochettino) y el plantel que tiene el PSG tuvo mucho que ver para que elija este club”.
Messi dejó definitivamente atrás su etapa en Barcelona, donde rompió cada récord que se le pasó por delante. Terminó una era inolvidable para el fútbol español con 672 goles y 266 asistencias en 778 partidos, además de conseguir, entre otros tantos títulos, cuatro Champions League, la competencia que, precisamente, intentará entregarle por primera vez a París Saint Gerrmain.