Horas después de confirmarse que no seguirán en San Lorenzo, tras rescindir su contrato, los hermanos Ángel y Óscar Romero se despidieron de los hinchas del Ciclón. Lo hicieron a través de su cuenta oficial de Twitter.
“Con la tristeza propia del fin de un ciclo, rico en experiencias, positivas y negativas, con el orgullo de haber vestido esta camiseta, con la tranquilidad de haberlo dado todo, con un abrazo de gol para cada hincha, con el corazón agradecido por su apoyo irrestricto y con el deseo que muy pronto el cub se vuelva a abrazar a la gloria. !Hasta siempre Ciclón!”, publicaron los futbolistas paraguayos.
El vínculo de los Romero con San Lorenzo se extendía hasta junio de 2022. Pero tras una intensa negociación, las partes arribaron a un acuerdo y se produjo la salida de ambos jugadores. La delicada situación económica del club y los continuos conflictos puertas adentro del plantel, derivaron en la partida de los dos futbolistas del seleccionado guaraní.
El comunicado de San Lorenzo
En la noche del sábado, la institución azulgrana publicó un comunicado oficial explicando las razones de esta decisión: “La medida se basó en el cuidado del patrimonio de la institución, en la búsqueda de continuar reduciendo el déficit operativo y lograr, gracias a este importantísimo ahorro de erogación mensual, imposible de afrontar en la economía actual del Club y del Fútbol Argentino en general, cumplir con el Fair Play Financiero implementado por la LPF”.
“Asimismo, se trata de una determinación que se encuentra en sintonía con la nueva estrategia deportiva del CASLA, la cual consiste en darles prioridad y continuidad a los futbolistas surgidos de las Divisiones Inferiores”, completó el club azulgrana.
Un paso difícil
Los hermanos Romero llegaron a San Lorenzo en agosto de 2019, con la intención de guiar al éxito al equipo que por entonces dirigía Juan Antonio Pizzi. “Nuestra idea era jugar juntos en un equipo grande de la Argentina y San Lorenzo se fijó en nosotros, nos gustó el desafío y poder estar cerca de la familia”, dijo Ángel en ese momento.
Sin embargo, lentamente su presencian comenzó a convertirse en una dificultad para la convivencia diaria en el Bajo Flores. Dentro del plantel dejaban entrever que los paraguayos, los mejores pagos del plantel, tenían privilegios y no entregaban todo en la cancha. El termómetro del hincha era diametralmente opuesto: muchos consideraban que eran los únicos capaz de darle un salto de calidad al equipo.
Más allá de todo eso, el momento más álgido de su estadía se dio en septiembre de 2020, cuando en un entrenamiento Ángel le provocó a su compañero Andrés Herrera una fractura de peroné. Luego, ofreció sus disculpas públicas y visitó al defensor. La acción le valió al futbolista guaraní una sanción deportiva: estuvo una semana entrenando separado del resto del grupo.