El español Pablo Carreño derrotó al serbio Novak Djokovic 6-4, 6-7(6) y 6-3 y se quedó con la medalla de bronce del tenis masculino de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Carreño mostró superioridad, amplia por momentos, y fue tal la impotencia del número 1 del mundo que en el tercer set arrojó una raqueta a la tribuna (vacía) y luego destrozó otra. Insólitamente no fue sancionado por estos ataques de furia.
Djokovic había llegado a Tokio como máximo favorito a colgarse la medalla de oro. Pero cayó ante el alemán Alexander Zverev y así perdió su chance de pelear por el máximo premio.
Tras la derrota ante Carreño, un disgustado Djokovic renunció a jugar el partido de dobles mixto con Nina Stojanovic, también buscando una medalla de bronce. Esta deserción del serbio -perjudicando a su compañera- dejó la medalla en manos de Australia.