La CONMEBOL informó este viernes que durante los primeros once días de competencia de Copa América se registraron 166 casos de coronavirus, lo que equivale a entre tres y cuatro delegaciones completas de un torneo en el que participan diez seleccionados.
Sin embargo, la entidad insistió en tomar los números como positivos, siempre apoyándose en la cantidad de testeos realizados. Pero, sobre todo, la parte indignante del comunicado es la que celebra que gran parte de los contagiados son empleados tercerizados contratados para el certamen.
“El informe incluye otro elemento relevante. La amplia mayoría de los casos positivos corresponden a personal tercerizado de apoyo logístico en Brasil que aún no había sido vacunado, por razones ajenas a la CONMEBOL. En contrapartida, los jugadores constituyen una absoluta minoría en el conjunto de positivos detectados en los test. Además, muchos de estos atletas ya fueron habilitados para futuros encuentros dentro del torneo, luego de cumplir la cuarentena estricta dispuesta por el Ministerio de Salud del Brasil”, diferencia una vez más la casa madre del fútbol sudamericano.
Para la CONMEBOL, hay seres humanos de primer nivel (los futbolistas), de segundo orden (el resto de las delegaciones) y tercerizados, que son quienes, con unos pocos derechos laborales, pueden exponerse al virus para que la pelota siga girando y se sigan llenando bolsillos importantes.
Lo que si es valorable de la información epidemiológica de la Copa América es que, al menos, lograron bajar la curva de contagios. En cinco días se pasó de 140 a 166.
Siempre van a ser pocas las excusas que puedan presentar para haber mudado en tiempo récord el torneo al segundo país con más muertes por coronavirus en el planeta.